capítulo 15.

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  Los detalles de su rostro era en lo que más me había empeñado en memorizar

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  Los detalles de su rostro era en lo que más me había empeñado en memorizar. Sus sabrosos labios delgados que se enrojecían con mis besos. Leila weasley había sido ese algo que buscaba desde que era pequeño, ese alguien que necesitaba para llenar mi vacío. Ella era la chica que me gustaba desde hace mucho tiempo, a la cuál fingía no ver y era incapaz de confesarle lo que sentía.

  Sonrío al verla sentir la adrenalina de lanzarse al vacío junto a mí. Sé que tengo una historia que contar en la cual diré: “hubo alguien con quién volé alguna vez, ese alguien era todo para mí, pero la dejé ir”.

  Me dolía cada parte de la estructura de mi corazón, cada recuerdo que había creado con ella, todos los días en la que veía su sonrisa por mi causa, porque sé que cuando yo no esté, no volverá a sonreír.

  La patosa chica a mi lado transformó mi melancolía, todo a mi alrededor tomó una silueta diferente desde que ella se acercó a mí aquella tarde cuando lo único que buscaba era desaparecer. Leila había estado presente en el momento justo, cada vez que la necesitaba y admito que no estuve seguro de mis sentimientos hasta el día en que ella gritó los suyos en mi barrio.

  — ¡Comienzo a perderle el miedo a esto! — se ríe como una ingenua chica. Sabía que ella era inteligente y podía asumir que nuestra historia no tendría un final feliz, pero no ayudaba en lo absoluto para que me alejara.

  — ¡Pronto llegaremos, concéntrate tonta! — mis insultos se dirigen hacia ella con amor, porque estoy seguro que jamás podría si quiera tratarla mal. Me había enamorado de ella como un idiota.

(...)

  La chica vuelve a posar su mirada sobre nuestras manos entrelazadas. Puedo deducir que se siente incómoda pero feliz.

  — fué increíble. — menea nuestras manos como la de dos niños pequeños.

  — tienes razón. Wao weasley, deberíamos hacer más cosas juntos.

  — ¿Como cuales? — levanta las cejas. — ¿Montar un pony?

  — ya veo que eres una obsesionada a los libros. No soy uno de tus chicos literarios estúpida, jamás haría algo como eso.

  Aparenta una mueca molesta, pero deduzco que está feliz.

  — Weasley, vivamos al máximo por este mes ¿si? — observo su brillante mirada, detallando sus pupilas marrones, su ovalada cara, los labios que se estiran en una sonrisa tonta al escucharme decir eso.

  — ¿Hablas en serio? — hace una pausa para luego observar el estrellado cielo — ¿como una pareja?

  — como lo que tú quieras, porque quiero dejar mi huella en tu mente.

  — ¿Porqué siempre hablas como si te despidieras?

  — ¿Lo hago? — levanto las cejas fingiendo inocencia — estás imaginando cosas.

  Bufa divertida, luego vuelve a levantar la mirada al cielo para perderse en sus pensamientos. Me gustaba verla así, para mí se asemejaba tanto a la luna en la cuál podía regocijar todo mi miserable cuerpo. Me brindaba paz, seguridad y un amor inigualable.

  — ¿Quieres ser mi pareja en el baile de graduación? — la veo parpadear extasiada de felicidad.

  — admito que jamás creí que lo preguntarías, pero si quiero.

  Y no sé si era egoísta de mi parte conducirla a un mes de felicidad y a toda una vida de tristeza o quizás se repondría. Realmente esperaba que ella pudiera hacerlo.

  Las ganas de tirarlo todo por la borda, de renunciar a mis pesadillas, de enfrentarme al mundo entero por Leila weasley era lo único que inundaba mi mente.

  Solo será un mes.

(...)

  El timbre sonó a la vez en que yo giré mi cabeza para mirarla. Me observaba, normalmente ella disfrutaba mirarme mientras yo disfrutaba fingir que no me daba cuenta.

  — Adrián Hayward, hoy tienes que ir al parque de atracciones conmigo.

  — pero a mí me gustan más los carros, vamos a una carrera.

  — ¿Estás loco estúpido? — se acerca para darme un golpe en la cabeza — ya me bastó con el paracaídas.

  — al final te gustó — musito.

  — irás conmigo al parque y punto Adrián. En marcha.

  — claro, ustedes váyanse, nosotros estaremos bien — habla samya quien nos observaba todo este tiempo.

  — no molestes. No te llevaré — le aclaro antes de que se haga ideas equivocadas. Yo solo quiero estar con Leila y no con terceros.

  — vámonos — cojo de la mano a la chica dándole una última mirada a peter, quién había renunciado después de perder el partido.

  — llegaremos como a las 6, será perfecto para subir a la ruleta.

  — no jodas Laila, quiero adrenalina, no una fiesta de té.

  — no seas ridículo.

  La realidad es que sea donde sea seré feliz desde que esté a su lado, pero ella no lo nota.

(...)

La ruleta comienza a llevarnos a su punto máximo en donde podemos observar la perfecta ciudad donde habitamos, junto a las luces y la cabellera marrón que se mueve con el viento.

  — Leila — me acerco a ella sin poder contenerme. No quiero hacerla sentir incómoda y mucho menos llevar las cosas rápidas porque eso no funciona conmigo. Yo no quiero una relación de una noche, sino una donde ella se sienta respetada. — te ves ridícula con esa sonrisa tonta en tu cara. — golpeo con mi índice su frente.

  La chica se acerca a mí para darme un beso fugaz en los labios y luego alejarse.

  — me gustas Adrián, ahora tengo el valor para decírtelo en la cara — admite.

  — ¿Debo decirte entonces que la chica que siempre me gustó eras tú o ya lo deduciste por tu propia cuenta?

  — creo que ya lo deducí — sonríe.

  Planeaba hacer de este mes el mejor de nuestras vidas, para que no me olvidara, para que me extrañe cada vez que vea una ruleta, una dona o un libro.

  — joder weasley, jamás creí que encontraría la manera de probar la droga en tí. — confieso. porque siempre tuve la tentación de saber lo que era la marihuana, la nicotina o cualquier tipo de sustancia que me hiciera olvidar el presente, pero realmente no sabía que no es necesario ese tipo de droga ya que basta con solo una persona para probarla.

  — Adrián, tengo el presentimiento de que te voy a perder.

  Casualmente yo tengo ese mismo presentimiento princesa. No, no es un presentimiento, es una afirmación.

 No, no es un presentimiento, es una afirmación

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SMILE. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora