prefacio.

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  Leila lo observa sonriente desde su pupitre y él disfruta fingir que no se da cuenta.

  Su destino estaba claro en los dos, pero no eran capaces de obedecer a su razón sino a su corazón y es esto lo que los conlleva a cometer locuras que los llevan hasta la luna, pero un día tienen que volver a caer.

  Su caída fue impredecible como Adrián Hayward lo era.

SMILE. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora