La manera más eficiente de desconcentrarte de tus clases es teniendo una persona en mente y más en presencia.
Había pasado prácticamente medio mes en el que el chico y yo éramos muy cercanos, compartíamos momentos, estupideces e incluso mis donas a las cuales él se quejaba porque no se las regalaba completas.
— Leila, estás en las nubes de nuevo. — afirma mi amiga que sabía acerca de todo lo de nosotros.
— exageras.
Aunque veía a Adrián muy seguido, sabía que algo andaba mal con él al igual que conmigo, puesto que sus ojeras eran más que notorias y la manera en la que se encorvaba había aumentado a como era al principio.
— he vuelto a tener pesadillas samya. — sorbo de la pajilla de mi vaso. — mi papá aparece en cada una de ellas con un rostro lamentable.
— ¿Ya has hablado con alguien acerca de esto?
— no, tendría que ir a una psicóloga — sonrío haciendo una mueca.
— tienes razón, esas aguanta locos están más chifladas que los propios enfermos.
— aveces eres incluso más mordaz que Adrián. Los dos son demasiado sinceros para mi gusto.
— simplemente somos reales cariño.
— exacto — confirma Adrián detrás de mí.
— deberías fijarte más en tus zapatos que en las conversaciones de chicas — observo sus zapatos de dos colores divertida.
— mierda, no de nuevo. — cierra los ojos lamentándose. — omite eso. quiero darte algo, ven a la piscina en la clase de Williams.
— pero esa es la clase de música, es de mis favoritas.
— por favor weasley, tocas horrible la flauta por si no lo sabías. Tu voz desafina peor que la de Britney cuando anima mi equipo y tus malditos dedos en la guitarra parecen palos tiesos.
Me quedo sin palabras — definitivamente ustedes no tienen corazón. — hago pucheros en dirección a la pelinegra y el castaño.
Los dos carcajean.
— te espero weasley, no llegues tarde. — se da la vuelta para irse por donde vino.
— ¿Qué crees que te dará? — la chica acerca su rostro más a mí curiosa.
— metiche, ni siquiera yo sé — la empujo de hombro, me levanto de la silla y voy tras Adrián.
Aquel chico con una fina línea en sus labios, una profunda mirada vacía, un cuerpo atleta y popular, ya no era todo eso para mí. Había desarmado cada una de las barreras de Adrián, sabía acerca de su familia, del amor que tenía por mí hace mucho tiempo y de que sinceramente era un chico vulnerable intentando ocultar sus temores.
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SMILE. [COMPLETA]
Romance¿Como alejarme de tí? Si contigo toqué el cielo y la luna de paso.