capitulo 13.

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recuerdo perfectamente la frase que me dijo adrian tras darme de regalo la cajita musical:

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recuerdo perfectamente la frase que me dijo adrian tras darme de regalo la cajita musical:

  siempre que escuches esta melodía, acuérdate de mí y recuerda que alguna vez hubo alguien en este jodido mundo que daría muchas cosas por tí.

  esas palabras merodeaban mi cabeza como un taladro, estaba completamente confundida y desestabilizada. Ya ni siquiera sabía qué hacer con la situación "adrián hayward" porque era tan impredecible y tan bipolar que realmente me cansaba. pero a quien engaño, es el único chico con el que puedo ser completamente yo y me siento a gusto.

  paso por enésima vez las manos sobre mi rostro. Adrián me había dado problemas con mi familia, había discutido con ellos porque no me quisieron creer que mi primito siempre tuvo segundas intenciones conmigo.

  sonrío al recordar la palabra escuálido soplapollas. la verdad es que el castaño tenía una forma peculiar de insultar.

  — tierra llamando a Leila — samya agita su mano frente a mi cara sacándome de mi ensimismamiento.

  — regresé. — me río — ¿que quieres señorita?

  — quiero informarte de la alerta Adrián — su quijada se mueve señalando alguien tras de mí. Adrián.

  Casi me ahogo con la malteada al escuchar su voz llamarme.

  — laila, ¿puedo sentarme con ustedes?

  El líquido dentro de mi boca va a parar en la cara de mis dos amigos que también están perplejos.

  — ¡Ey, presta más atención Leila! — mi amiga frunce el ceño molesta.

  — ¿Estás bien? — Peter limpia su rostro con una servilleta.

  Mi silencio lo dice todo. ¿Que hace Adrián aquí? O debería decir: ¿que hace el vicecapitán de baloncesto aquí?

  — ¿Que haces aquí? — suelto sin querer aparentar que es un reclamo.

  — ¿no puedo sentarme aquí? — levanta las cejas divertido — pero lastimosamente la cafetería no es tuya, ni tampoco la facultad y mucho menos esta silla — sonríe. Se lanza contra la silla para luego meterse mi dona a la boca.

  — ¡No estúpido, mi dona! — se la arrebato e introduzco lo que queda en mi boca.

  — ¡mira tus mejillas! — magulla mi moflete suavemente — pareces un hamster.

  Le doy un pequeño empujoncito. — ¿De que hablas? Aunque adoro los hamster, son familiares de las ratas. ¡Así que no!

  Simula una sonrisa, pero luego su mirada se pierde en la mía.

  — eres afortunada. Todos te están mirando porque estás conmigo.

  Bufo rodando los ojos. — y sigues con tu maldita sobreestima.

SMILE. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora