Comienza otro día común para la familia dálmata. Dolly despierta con cansancio por dormir a una hora tarde de la noche. Se dio la mayor confianza de que un día especial vendrá en éste. Levantándose con los ojos entrecerrados por el desvelo. Con tan solo comenzar con su pata derecha sintió un escalofrío pasar por su cuerpo. Se sintió incómoda, por no saber lo que sucederá después.
Bajó por las escaleras que baja al pasillo principal. Aun pensando en el escalofrío que incomodó su interior, su vigor. Mostraba seriedad en cada paso que daba; hasta llegar a la cocina del hogar. Estaba deteriorable por la grasa en la cocina integral, refrigerador, comedor y fregadero; croquetas desparramadas en el suelo y comedor; y la mugre en los suelos.
Le extrañaba el estado putrefacto de la cocina del hogar. Titubeó que Dylan, el hermano mayor y con mayor dedicación a la limpieza del hogar, no haya hecho su responsabilidad de hacer los deberes de limpieza del hogar. Le comenzó a preocupar.
Aunque fuera impresionante su idea, a la vez ella le pegó como una rareza de su persona: hacer ella misma la limpieza de la cocina. Sin más excusas y restricciones, tomó una esponja azul rey y comenzó a limpiar el comedor de la cocina. Tan solo dar los primeros pasos, no le parecía aburrido como lo imaginaba. Era muy movedor como para despertarse al cien por ciento.
A medio trabajo, se le ocurrió otra idea para entretenerse de una manera con adrenalina.
Tomó su skateboard de su habitación, y bajó con él por el barandal de las escaleras.Colocando entre las ruedas, esponjas para limpieza empapadas de jabón multiusos. Se colocó desde la entrada de la cocina, entre el marco de la puerta; para comenzar su trabajo. Dio un largo suspiro y dando el primer impulso con su pata dio comienzo a la limpieza de la cocina.
Pasó por los muebles de la cocina integral, sobre las máquinas de alimentos, suelos, paredes; dejando una blancura a cada paso que daba su skateboard. No dudó en hacer acrobacias con la misma. Giros mortales y poses en el aire. Era única, teniendo una creatividad a su manera.
Terminó su trabajo aterrizando desde donde comenzó: en el marco de la puerta de la cocina. Dando un último giro y soltando un grito de felicidad y logro: ¡Bow Whacka Wow! Gimió del cansancio, era agotador patinar sobre lugares pequeños y cerrados. Al verlo a plena vista desde el punto dónde se ubicaba, todo rechinaba de limpio, blancura y brillo en cada punto de la cocina, hasta en cada rincón que había.
Ya todo estaba terminado, que agotada parecía. En segundos de haber terminado, Dylan llega a la cocina a compañía de su hermano Dawkins. Igual que él, es dálmata. Era centímetros menor que él, orejas negras, delgado, nariz mediana y cejas gruesas. Al ver el lugar, se quedaron hocico abierto del asombro. Nadie creía que Dolly haya realizado la limpieza con la poca responsabilidad que tenía —consideraban—.
—¿Hiciste todo esto tú sola? —inquirió Dylan atónito. A casi farfullo su habla.
—Sí. El estado que estaba antes era repugnante. Así que decidí ayudarte un poco —respondió la hembra gentil.
—Ésta no es la Dolly que conozco —replicó Dawkins confuso.
—Aunque no lo crean yo lo hice. No sé qué es lo que les sorprende. Solo quise ayudar un poco.
—Bueno, gracias hermana —agradeció Dylan muy satisfecho por su generosidad.
—¿Y qué hacen ahí parados? Vamos a servir el desayuno —dijo ella.
El trío de dálmatas quedaron dispuestos a servir el desayuno después de la conversación que los dejaron sorprendidos. Colocaron los tazones de comida de aluminio y plástico; sirvieron las croquetas a cada uno. No tardaron cinco minutos para terminar de servir ciento y un tazones llenos de comida para desayunar. Todo gracias a la ayuda de una máquina disparadora de croquetas; inventada y fabricada por el cachorro Dawkins.
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La constelación perfecta
FanfictionAstronomía y el amor hacen pacto para formar la constelación del amor. Ambos hermanastros intentan lograr un gran noviazgo después de verse apoyado entre ambos. Su familia estará para apoyar su relación con lo que se enfrenten. Pero no se sabrá que...