Capítulo 16

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Brasil

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Brasil.
Me levanté de golpe cuando sentí como el agua fría hacía contacto con mi piel, la cual se resintió mucho al estar primero calientita bajo una manta y luego tener que soportar el cambio drástico de temperatura, incluso grité, tallé mis ojos y, cuando mi vista ya no era borrosa, pude ver a mi madre frente a mi cama con una cubeta vacía en la mano.

-- ¡¿Qué te pasa?! --le grité jadeando.

-- Se te hizo tarde --se fue, dejándome solo mientras me recuperaba del susto.

-- Espera, ¿qué hora es? --miro al reloj colgado en la pared y me toma un tiempo saber la hora -pues es de manecillas-, son las 6:34am (1*).

Salgo de la cama totalmente apurado y desubicado mientras me desvisto y quito toda prende que esté mojada.
Agarro cualquier camiseta, al igual que un jean, y me mos pongo. De un cajón tomo un par de calcetas y, antes de colocármelas, saco mis tenis de abajo de la cama.

Tardé dos minutos en salir; voy directamente al baño a lavarme los dientes mientras escucho a Portugal gritar "¡apúrate!".

Salgo corriendo del baño mientras que con la mano limpio la pasta que quedó al rededor de mis labios.

-- Hay mejores formas de levantar a alguien, ¿sabes? --comento una vez estamos en el auto y ella está encendiéndolo.

-- Te hablé varias veces y no me hiciste caso --arrancó el carro-- Y no creas que no me di cuenta, vas a ver cuando volvamos.

Alzo la ceja;-- ¿Cuenta de qué? ¿De qué me hablas?

-- Ya vi que me falta mi marcador azul marino de ballena en peligro de extinción punta gruesa --trago saliva, creí que no se daría cuenta-- Y la punta de mi marcador negro tono piel de persona africana punta mediana está sumida.

-- T-te compro unos nuevos --ella comienza a acelerar, esa es su forma de controlar su enojo-- S-solo no vayas a chocar.

-- No, si yo acelero porque se nos hizo tarde por tu culpa --aprieta el volante.

Solo espero no vaya a hacer una estupidez al volante.
Cuando veo por la ventana, aún puedo ver lo oscuro del cielo, pero solo es un contraste a la hora que realmente es.
Las cosas -árboles, casas, carros- pasan a una velocidad que hace que se perciban borrosas, aunque la rapidez es en realidad provocada por mi madre conduciendo.

Llegamos en tiempo récord a la sede, la buena noticia es que ONU llegó al mismo tiempo que nosotros, pues lo vemos bajando de su automóvil mientras hacemos lo mismo.

-- ¡Hola, ONU! Buenos días --saluda mi mamá.

Ella y ONU se detienen y comienzan a conversar, mi madre se toma una pláticas muy largas, así que sigo caminando para llegar a la sala.

Ahora que lo pienso, sería buena idea usar este tiempo y el descanso para hablar con México. Siento que lo estoy perdiendo, convive más con Chile, Venezuela, Perú y Argentina, además, lo vi salir con Alemania y Canadá.
Ah, tal vez no sea lo que él busca, o no soy lo suficiente.
Tal vez él busca alguien más como ellos y menos como yo, a quién engaño (2*).

¡Todos a por él!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora