¡Todos a por él!

Capítulo 19

Si hace momentos tenía nervios, ahora eran el doble. Ni si quiera sabía donde podría encontrar a ambos tricolor, solo condujo a un bosque y, en cuanto apagó el motor, bajó del carro con sus llaves en mano.
Con inseguridad, miraba hacia todos lados mientras con sus brazos se rodeaba, abrazándose en busca de protección y calma.

-- ¡S-sur! ¡C-centro! --llamó con temor.

Llevaba caminando un rato ya, no mucho, pero sí el suficiente para comenzar a cuestionarse: tenía el sentimiento de estar caminando en círculos, afirmaba que las rocas estaban en el mismo lugar, los árboles le parecían familiares, el camino ya había sido recorrido. De pronto, la sensación de caminar en círculos se fue cuando percibió que el sentimiento que recorría por su pecho era más cercano, y confirmó que aquello, más que ser solo un deja vú, era un recuerdo cuando recordó un bosque en específico.

Se detuvo abrúptamente y abrió los ojos todo lo que pudo cuando prestó atención a un árbol en específico; comenzó a correr hasta quedar frente al mismo.

"B.N", "B.S", "N.L", "S" y otras iniciales de estados del norte de México estaban grabadas en el tronco del pino.

Pegó un salto hacia atrás, miró a ambos lados -izquierdo y derecho- con rapidez y, cuando vio que todo estaba oscuro, volteó a ver el cielo.
Ya era de noche, lo cual era completamente extraño, pues llegó ahí a las -aproximadamente- 10:45am; ¿cómo había avanzado tan rápido el tiempo?

Aunque él percibía como si el tiempo se hubiera perdido, no estaba en el bosque al que había decidido ir, estaba en un bosque que ya había visitado años atrás, en la época en la que Norte, Centro y Sur existían sin que nadie lo supiera.

Más solo recordó un día en específico.

Con terror, corrió por el camino que su subconsciente le indicaba indirectamente, tenía la necesidad de correr hacia donde sabía/creía que pasaría lo que odiaba recordar, tenía la fantasía de evitar aquello.

Pero paró de golpe al escuchar un disparo.

Nos porque le el disparo le haya dado a él, si no porque escuchó aquel sonido cerca y, viendo que había llegado a una zona donde no había tantos árboles, junto al pensamiento de estar viviendo un recuerdo, supuso lo peor.

Cayó de rodillas cuando confirmó sus sospechas: estaba viendo un recuerdo con sus propios ojos desde otra perspectiva; a lo lejos, con los ojos cubiertos de lágrimas, observó a dos tricolores, quienes eran Centro y Norte.

No percibía bien los detalles por la lejanía en la que se encontraba, pero sabía que Centro estaba atada y desnuda y, frente a ella, se encontraba Norte, con una pistola cargada.

Soltó más lágrimas a medida que Centro recibía balazos en partes del cuerpo que la hacían gritar, pero no morir.
Porque ese fue su objetivo, hacerlos sentir lo que sus estados sufrieron. Solo protegió a sus hijos, lo que cualquier padre que ame a sus hijos haría, ¿reaccionó mal?