Capítulo 10

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-- ¡No! --exclamó al ver como los dados indicaban que avanzace dos casillas, cayendo justo en la "cárcel"

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-- ¡No! --exclamó al ver como los dados indicaban que avanzace dos casillas, cayendo justo en la "cárcel".

Ambos rusos y el alemán comenzaron a reírse del ucraniano, quién se cruzó de brazos al esta ser la tercera vez que caía ahí. Lo malo era el hecho de que habían aumentado la intensidad de aquel juego de mesa llamado Monopoly: cambiaron algunas reglas, por lo que ahora habían mas cárceles en las que se podían caer; si caías en una, debías hacer o decir lo que se te pidiera.

-- Muy bien, Ucrania --Bielorrusia se secó la pequeña lágrima que había brotado al reír demasiado-- Como es mi turno de preguntar, hmmm... --pensó y sonrió, causando miedo al bicolor-- ¿Quién te gusta?

-- Uh~ ¿Porqué no se me ocurrió preguntar eso? --comentó Alemania.

Era una linda tarde de juegos, los cuatro países estaban sentados en el suelo,  uno en cada lado del tablero; Aunque muchas personas creyesen que, por su pasado, los rusos y el alemán no debían llevarse bien, era todo lo contrario. Quisieron demostrar que habían crecido como personas, y lo hicieron.

Ucrania se sonrojó mientras se preparaba para dar la respuesta;-- Y-yo sé que no tiene sentido que esa persona me guste, p-pero creo que comprenden, ¿no?

-- Si si si, tú responde --respondió Rusia.

-- B-bueno --sonrió mientras recordaba a aquel chico-- Como ya dije, puede que para ustedes suene tonto, pero... Me gusta México.

-- ¡¿Qué?! --exclamó Bielorrusia mientras su sonrisa se borraba y Rusia, junto con Alemania, se sorprendían.

-- Es que es alguien muy atento y amable, y-y siempre ayudándome en momentos de soledad --sonrió levemente-- Por eso lo am-

-- ¿Te gusta... México? --preguntó Alemania dejando caer los dados, pues ya no le importaba donde quedaran.

Ucrania asintió feliz de ya no ser el único en saberlo, pues ya no sentía tanta carga. Se confundió al ver como los tres country's no reaccionaban ante su confesión, hasta que vió a la bielorrusa cambiar su expresión a una de enfado.

-- ¿Que tienen ustedes con enamorarse de las personas que amo? (1*) --miró con cólera al ucraniano-- Lo siento, Ucrania, pero estoy harta de quedar de segunda opción...

Alemania se levantó de su lugar con una mirada seria, ganando la atención de los hijos de la URSS;-- ¿A dónde vas? --preguntó Rusia.

-- A casa --caminó hacia la mesa para tonar su maletín, el cual contenía algunos documentos y la llave de su hogar; se dirigió hacia la puerta, tomó la perilla y antes de girarla, habló-- También me gusta México --abrió la puerta y se fue.

Los tres países se quedaron callados sentados aún en el suelo, el ucraniano miró al ruso;-- Nada mas falta que a tí también te guste --rió nervioso.

¡Todos a por él!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora