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    Yoo Ri es preciosa. Encantadora y coqueta con su sonrisa desplegada en sus labios. Comprende por la maleta en el suelo que están viviendo bajo el mismo techo, o así su mente avispada lo deduce. Eso significa entonces que Nam Joon no sabe que ha llegado pronto y que no esperará verla ahí.

    Lo que se resume en lo catastrófico que se vuelve todo con su mera presencia. La supuesta charla se posterga porque las puertas se abren. Los interrumpen.

    Nam Joon y Yoo Ri mantienen la misma expresión. Se contemplan en un juego de miradas, son rápidas y ansiosas, especulan en silencio. La confusión golpea con rabia.

    —¿Qué sucede aquí? —balbucea ella—. ¿Porque hay dos? ¡Dos! ¡Son dos!

    Los señala. Respira jadeante, casi cae al suelo de no ser porque los dos la ayudan. Un mareo abrupto, unas piernas flácidas y un deseo creciente de correr. Ambos esperan que se calme, la llevan a la sala mientras él intenta saber porque no ha venido el pescador.

    —Deja que te explique, Yoo Ri.

    —Mi cabeza va a explotar. ¿Quién es Nam Joon? Quiero decir, son ustedes pero quien es el real. ¡¿Por qué hay dos?!

    Sí, dos. Los vuelve a señalar bajo presión. Entonces el Nam Joon que ella conoce comienza a explicar suave la historia, corta pero extraordinaria.

    —La empresa Neo... —murmura ante la mención—. Creí que dejó de existir.

    —En mi mundo existe —interfiere él—, aquí en Neoston.

    —¿Y entonces esa cosa funcionaba? —pregunta otra vez, refiriéndose a la máquina en forma de burbuja—. ¡Creí que era chatarra! O una decoración demasiado rara para el jardín.

     Intentan mantener el silencio pero sus cerebros funcionan de forma acelerada. No hay pausas sino preguntas, muchas, las suficientes para escribir un libro. También hay otras cuestiones personales, al menos de parte del Nam Joon de ese actual lugar.

    —Llegaste pronto —alude este con seriedad, un simple cambio de tema que les desinfla—. ¿No volverías dentro de dos semanas?

    —He peleado con mi madre, estoy aquí por su culpa &relata apagada.

    Expone curiosidad en cómo se desenvuelven ellos, en como una caricia de los dedos de Nam Joon roza las mejillas de Yoo Ri. Cariñoso, amable, un cortejo lleno de tensión que le deja extrañado.

    Entonces se explica que Yoo Ri vive con él y sus padres desde que son novios. La conoce desde niños, se han enamorado desde la tierna infancia. Por eso se mantiene la intriga entre los tres.

    —¿Hay una Yoo Ri en tu mundo, Nam Joon?

    Una pregunta que ni el mismo Nam Joon había preguntado antes. ¿La hay? ¿Habrá una Yoo Ri? ¿Y realmente desearía que la hubiese?

    —Puedo jurar que no conozco a ninguna.

PARALLELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora