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    Durante la cena es cuando las preguntas y las dudas emergen. ¿Cómo se amoldaría Nam Joon en su situación? ¿Qué debería preguntar exactamente? Porque no se siente Nam Joon sino él.

   Solo él.

   Entonces, entre charlas amenas y cumplidos por la comida, Yoo Ri hace un simple elogio por la nueva casa de Jackson.

    —¿Mudarse de Neoston fue difícil? —Deja caer ella, mientras que él comprende ahora el porqué lo están viendo—. ¿Se han acostumbrado a esta nueva casa?

    —Irnos de Neoston fue difícil pero creo que la ciudad es lo mejor para nosotros. Ese pueblo tiene mi corazón pero no creo que pudiera seguir ahí —responde Jackson—. Ah, ¿qué deseabas preguntarme, Yoo Ri?

    —Pues... —Carraspea y bebe agua, continúa diciendo—: Quería saber si recuerdas a algo de la empresa Neo, quiero decir: si puedes ayudarnos a saber un poco ya que tu abuelo estuvo trabajando para ellos, ¿no?

    —Así es, trabajo para ellos —murmura—: ¿Pero qué tiene que ver?

    —No es por nada en especial, solo es para saber podemos hacer con la esfera de metal...

   —¿La esfera de metal? —Vuelve a susurrar Jackson, bajando su tenedor—. ¿Esa cosa sigue en el patio de los Kim?

   —Sigue ahí —intervienw Nam Joon alias Blue Bird. Es firme, como lo haría el otro o eso quiere creer. El comedor queda en mutis—. Entonces, ¿puedes ayudarnos?

    Sarah quien no hablaba hasta entonces, toma la palabra:
    —Parece que Neoston todavía nos persigue.

   Jackson evoca una risa y niega un par de veces. Acaricia la mano de su esposa, suspira, viendo a los ojos de Nam Joon.

   En ese momento, él explica que conserva las notas de su abuelo pero no sabe si les servirá de algo. Así que se los entregaría después de comer. Sarah atiende a su hijo para darle leche de su pecho, y entre tanto, son guiados a un viejo armario empolvado 

    Es un diario que está guardado en el interior, es de una portada verdosa y áspera. Jackson se lo ofrece a Blue Bird, con una sonrisa. En cuanto lo abre, mucha de sus páginas contienen comentarios delirantes sobre máquinas y bocetos de experimentos.

    Entre ellos, uno captura demasiado su interés.

    Parallel. Subrayado y marcado en círculos. Además de unas anotaciones inconclusas, como una lista de compras.

    Un bebé.
    Dos mundos.
    Un intercambio.

    Y eso es todo. La saliva de Nam Joon se le queda trabada en la garganta, tose fuerte. Lo impresionante de eso, es la posibilidad de que si tenían la esfera, ¿habría sido posible intercambiar niños de un lado a otro? ¿A qué se refiere?

    Lo muerde el miedo.

   —No crean todo lo que lean —destaca Jackson—. Mi abuelo estaba medio loco, ha hecho cosas sin la supervisión de la empresa y por eso fue despedido. Todo lo que hay, es solo eso: ideas por lo que ha visto en Neo. Hasta el día, está internado en un psiquiátrico.

   ¿Y sí él estaba destinado a ese mundo?, piensa. ¿Si es acaso el verdadero? Su mente se ve sumida en una ofuscación de fuertes pensamientos.

   —¿Nam Joon? —Llama Yoo Ri preocupada al verlo tan ensimismado en el dormitorio de huéspedes—. ¿Estás bien?

     —Estoy bien, Yoo Ri.

PARALLELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora