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    Su ciudad natal le trae malos recuerdos. Siquiera se anuncia ante sus padres. Los esquiva para ir directamente a visitar el cementerio.

    Delante de él, una lápida. El nombre de Tae Hyung está grabado en él.

    Remoja la tierra con una botella de soju, dándole sus respetos al difunto. Un minuto de silencio sin saber qué decir o cómo comenzar a hablar. No ha sido fácil ver el rostro de un viejo amigo en otro mundo y sus ojos se empañan de inmediato en tristeza.

    —Lo siento. Fue mi culpa, toda mía —admite.

    El viento ondea sus cabellos. Pequeñas gotas se pronuncian en sus mejillas y las limpia para alejarse de ahí. Tampoco se deja de cuestionar porque no conoció a una Yoo Ri. Según ella contó, los tres fueron amigos desde la infancia.

    ¿Qué se le escapó en todo ese tiempo?

    Su vieja escuela le erizó la piel. Un paso más y llegó al siguiente nivel para preguntar por el viejo anuario de su clase, al cual le entregan por ser un antiguo alumno. Busca los nombres, revisa las fotografías por largos minutos pero no hay nadie llamada con semejante nombre.

    ¿Estaría muerta también como Tae Hyung?

    No. No. No.

    ¡No es posible! ¿Por qué el universo es tan injusto? Y por más que se niega a reconocerlo, él conoce esa respuesta, el porqué no ser amado.

     Regresa sobre sus pasos, leyendo las viejas notas de un anciano demente con hipótesis que tomaba como ciertas.

    Y Neoston lo vuelve a recibir con los brazos extendidos al estar dos días de viaje y luto.  Lo único que no lo ha recibido fue la esfera de metal, no la ha esperado y por ende, parece haberlo abandonado también.

    La tarde desciende, lo último que escucha es el vuelo de una bandada de aves migratorias con destino al sur, hacia el calor de la primavera mientras allí se acerca el frío.

     Sus pies lo arrastran hacia el sofá, boca arriba se deja llevar por la melodía del jazz que tanto extrañaba escuchar. Una ironía escoger «Am I Blue» interpretado por Ray Charles para describir sus sentimientos.

     «Am I blue? Am I blue? Ain't these tears in these eyes telling you? Am I blue?»
       
     Una puerta abriéndose rompe por completo aquella armonía y trance. No se levanta rápido pero la sombra no es torpe al ingresar a su cabaña.

    Su corazón es acelerado por las pisadas, la sorpresa ea marcada en sus pupilas y mandíbula caída, añorando el momento de contemplar a quien vino a buscarlo.

    —Nam Joon.

    Se le agita el aliento y asiente varias veces para confirmarlo.

    Nunca habría apostado de que el viaje fuese al revés o siquiera que fuese posible y... ¿Por qué no se hizo antes?

    —Estás en mi mundo... —confirma—. ¿Por qué?

    —Creí que volverías. Y no estabas ahí dentro así que...

    —Viniste.

    Completa su frase y el silencio entre ellos fue rellenado con el estribillo de «Am I Blue».

FIN DE LA
PRIMERA PARTE.

NOTAS DE AUTOR.

    ¡Hola, hola, lector!

    Si has llegado hasta este capítulo significa que has terminado de leer la primera parte de esta aventura. Sin embargo, todavía no termina y aún hay cosas que cerrar antes de que acabe.

   Pequeñas preguntas sin responder, por ejemplo. La segunda parte será publicado en este mismo libro, pues al ser se capítulos cortos creo que perfectamente se puede seguir manteniendo el ritmo.

    No quites esta obra de tu biblioteca, ¡tomaré una pausa pero se retomará! Por ahora me encantaría que me respondas algunas preguntas por fines científicos (?)

     —¿Qué piensas de Neoston? ¿Te agradaría saber más del pueblo? 

     —¿Qué versión de Nam Joon te agradó más? ¿Blue Bird o Nam Joon?

    —¿Qué teorías tienes sobre la Yoo Ri que falta en el mundo de Blue Bird?

    —¿Tienes otras teorías? ¡Me gustaría leerlas! 

   

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