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Narra Paulo

La besé, con el miedo de que me aleje y me pegue una cachetada, la besé y para mi sorpresa lo siguió y yo puse mis manos en su cintura y después la abracé.

-Hagamos una locura- le dije en el oído y asintió.

Entramos al salón y quedamos en encontrarnos en el estacionamiento para irnos a mi casa, subí a mi auto y cuando subió me hizo señas de luces y salimos rumbo a mi casa, no sé qué está pasando, pero me gusta. Llegamos y avisé a la guardia del barrio que el auto que iba tras venía conmigo, para que no tenga que bajar la ventanilla y pasamos. Estacioné y bajé y entré y esperé en la puerta y ella puso traba y entró rápido.

-Tomamos un vino?- me preguntó y asentí y nos sentamos en el sillón.

Pasaron las horas y nos encontrábamos en mi sillón abrazados.

-Vamos a mi pieza?- me miró y negó

-Yo no voy a estar donde estuviste con ella- dijo firme, ni se le notaban las copas de vino

-Hace un tiempo cambié el colchón gor, dale vamos- ese gor, me salió del alma.

-Bueno vamos.

Subimos las escaleras y entramos a mi pieza y ella me pidió una remera y le pasé una y entró al baño y se cambió y nos acostamos, no íbamos a hacer nada, ella está media borracha y no quiero hacer nada de lo que se pueda arrepentir, y unos besos, mimos y a dormir.

Narra Antonella

Me desperté en una cama que no era mía y con un brazo en mi cintura el cual separé bruscamente y entré al baño, mi ropa estaba ahí, bueno no hicimos nada eso es bueno, me puse mi ropa y me arreglé un poco. Que hiciste Antonella Cavalieri. Salí y Paulo estaba sentado en la cama.

-Buen día no vas a decir?- me preguntó

-Cualquier cosa que haya pasado anoche no fue nada, me confundí Paulo, no sé que me pasó, pero esa no fui yo, así que me voy a ir y esto no pasó- dije decidida a irme.

-Osea que nada de lo que pasó anoche importó, lo que hablamos, los besos, los mimos, los abrazos, los mimitos tuyos en el pelo, no fueron nada, eso me estás diciendo?- me dijo y me acerque y asentí- no te creo, porque la Antonella de anoche fue mi Antonella, la mimosa, la que le gusta dormir abrazada a mí, no esta Antonella fría- dijo

-Vos hiciste esta Antonella fría, esta Antonella que con confía en nadie, que en un tiempo no creía ni en si misma, que desconfiaba de su cuerpo, vos hiciste esta Antonella fría, como también solo con vos sale esa Antonella dulce, también puedo ser esta Antonella fría que vos construiste- dije y mi voz se cortó, todo era cierto.

-Y puedo volver a tener esa Antonella dulce conmigo de vuelta?- me preguntó y bajé la mirada- déjame conquistarte, permíteme que vuelvas a ser esa Anto dulce conmigo, por favor- levante la mirada y me miró con esos ojos verdes y lo único que me salió hacer fue salir corriendo y huir de ahí.

La periodistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora