𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐗 𝐔𝐧 𝐫𝐞𝐟𝐮𝐠𝐢𝐨 𝐞𝐧 𝐁𝐞𝐥𝐠𝐫𝐚𝐯𝐢𝐚

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Llegue pasada la una con treinta a la estación de tren en Londres. Al salir de la estación, abordé un taxi y le pedí me llevará a la dirección que acababa de indicarle, mi madre no tenía idea de que iba en camino a verla así que esperaba y se encontrará en casa. Después de 10 minutos llegamos al destino y no pude evitar quedar maravillada con aquel sitio. Era elegante y aunque moderno, aun guardaba aquellos detalles que caracterizaban a Londres en sus años más gloriosos.

Me acerque a la puerta y toque, esperando que alguien se encontrará. Al cabo de unos minutos, detrás de aquella puerta, aparecía un hombre, probablemente no mayor de 50 años, con cabello y barba ya canosos, pero podría notarse aun una chispa de juventud en él. No había pronunciado palabra cuando el comenzó a hablar...

- ¿Emily? Oh por dios.

Yo estaba ahí, inmóvil sin poder pronunciar palabra. Imaginaba que aquel hombre notaba mi expresión de duda así que continúo hablando...

- Soy Emilio.

A decir verdad, no esperaba que Emilio fuera un hombre como el que se mostraba ante mí. Por alguna razón lo imagina más desarreglado o mucho menos vivaz de lo que era aquel hombre que se encontraba frente a mí.

- Espero no ser inoportuna. Le dije un tanto avergonzada

- ¿Qué dices? A tu madre le dará mucho gusto verte, pasa

- ¿Esta aquí? Le pregunte

- Por supuesto, entra y siéntete como en casa. Ya la llamo

Pasaron un par de minutos cuando en la estancia aparecía mi madre. Tan alegre y maternal como siempre. Podía notar en ella un nuevo aire de frescura y dicha, lo cual me alegraba y hasta cierto punto me tranquilizaba. No había cruzado aun palabras con ella cuando de momento no pude más y eché a llorar.

- Por dios mi amor ¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras?

- El señor O'Neill falleció. No había encontrado las palabras exactas para darle aquella noticia así que simplemente lo había soltado.

Inmediatamente mi madre comenzó a llorar y pude notar en Emilio un aire de preocupación, pero también de duda.

- Lo lamento, no quise... tal vez no era el modo en que debías saberlo

- No pasa nada cariño. Cuéntame que sucedió

Tomamos asiento y Emilio junto con nosotras. Así que tomando un poco de aire y valor comencé a hablar.

- Falleció hace 5 días, de un infarto.

- Espera... Dijo mi madre. ¿Qué no estabas de viaje para ese entonces?

En aquel momento caí en la cuenta de que mi madre hasta la fecha no sabía absolutamente nada sobre Nicholas y yo, y mucho menos sobre los recientes acontecimientos en nuestra relación. Así que opte por idear una mentira inmediata, la cual pudiera librarme de aquel lio.

- Regresamos antes de lo planeado. Le dije, siendo aquello lo único que había ideado al momento.

- Lo lamento mucho, no imagino lo que debes estar sintiendo ahora. Lamento tanto nunca haberlo conocido, pero sé que era un buen hombre. Ahora, estas aquí con nosotros y todo estará bien.

- Me consuela que al menos tuve un momento para poder despedirme de él.

Dije intentando cerrar con eso aquella charla, ya que no deseaba dar más detalles sobre aquella noche y el porqué de mi apresurado regreso a Oxford.

Emilio continuaba sentado ahí en la estancia cuando mi madre pareció caer en la cuenta de que no nos había presentado y tampoco había explicado hasta el momento quien había sido el señor O'Neill y el porqué de tanto lío sobre él.

𝓑𝓾𝓼𝓬𝓪𝓷𝓭𝓸 𝓾𝓷 𝓜𝓸𝓽𝓲𝓿𝓸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora