𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐕𝐈𝐈𝐈 𝐔𝐧𝐚 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐣𝐚𝐦á𝐬 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐚𝐝𝐚

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La exposición de arte sería alrededor de las ocho de la noche de aquel sábado y yo comenzaba a ponerme un tanto nerviosa. Era la primera vez que asistiría a un evento como este y era completamente lógico y de esperarse que no supiera cómo actuar o que utilizar. Por fortuna algunas prendas de mi equipaje funcionaban y encajaban bien para aquella noche así que, con esto, ya tenía al menos un punto cubierto. Decidí utilizar un vestido en tonalidad vino, maquillaje y peinado sencillos. Nicholas por su parte aquella noche utilizaba un traje casual de playa, todo en él combinaba perfecto y se notaba particularmente atractivo. Parecíamos dos personajes sacados de un cuento y para ser honesta era la primera vez en muchos años que me sentía atractiva y hermosa.

Como era de esperarse todos acudiríamos aquella noche ya que dicha exposición era la razón principal de ese viaje. Salimos del hotel alrededor de las siete de la noche, el sitio quedaba relativamente cerca del hotel así que podíamos ir y venir sin necesidad de transporte. Llegamos y el lugar era simplemente fascinante. Cuadros y objetos de arte, pinturas en lienzo, elegancia y clase... todo aquello inundaba el lugar. Parecía extraño y quizás un tanto egocéntrico, pero me sentía como pez en el agua, sentía como si aquel mundo fuera totalmente mío y por años me hubiera estado aguardando. Por primera vez en mi vida sentía que tenía un lugar y un sitio en este mundo.

Aún era un poco temprano así que decidimos recorrer aquel sitio y comenzar a disfrutar de la noche. Nicholas se acercaba a mí en cada oportunidad que tenía, hecho que no nos preocupaba demasiado ya que bien parecía que discutíamos sobre las obras de arte y no sobre nuestra noche de amor.

- Excelente accesorio. Dijo haciendo referencia a la pulsera que un día antes me había obsequiado.

- Gracias. Me lo regaló alguien especial.

Nicholas denoto alegría e intentando no llamar la atención continuó con su recorrido. Nos encontrábamos admirando los cuadros y las pinturas cuando se nos hizo la invitación a los presentes a reunirnos en el salón principal con la finalidad de inaugurar la exposición y así lo hicimos. Nos congregamos todos en dicho espacio cuando el orador comenzó a hablar:

- Buenas noches. Les damos la bienvenida a la exposición La Italia del arte contemporáneo. Como han podido observar, esta noche reconocemos y festejamos a una de nuestras principales beneficiarias y fundadoras. Una mujer la cual ha dedicado su vida al arte y esta noche podemos ver su trabajo y esfuerzo en escena. Les pido por favor le brinden un cálido y fuerte aplauso a nuestra galardonada de la noche: Alessandra Russo.

Me encontraba a un lado de Nicholas cuando de momento, al escuchar aquel nombre este pareció cambiar por completo su semblante y postura. Nicholas se había puesto totalmente pálido y parecía como si estuviera a punto de desmayarse, pareció sujetar fuertemente su copa con la finalidad de no soltarla y que esta cayera al piso llamando la atención de todos los presentes. Yo no entendía lo que sucedía, pero no podía preguntarle que ocurría ya que se notaría extraño o sospecho, así que solo me contuve a contemplarlo y a tratar de entender su reacción y lo que sucedía.

De pronto apareció en escena una mujer que espiraba elegancia y confianza. Portaba un vestido entallado blanco, de piernas y cuerpo perfectos. Llevaba el cabello recogido en una coleta, pero eso no disminuía en absoluto su elegancia y porte. Ojos color azul y una confianza sublime.

𝓑𝓾𝓼𝓬𝓪𝓷𝓭𝓸 𝓾𝓷 𝓜𝓸𝓽𝓲𝓿𝓸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora