Habían pasado 3 días desde la muerte del señor O'Neill y de mi regreso a Oxford. Tiempo que llevaba metida en casa, encerrada en mi habitación. Tratando de entender en qué momento lo había vuelto a perder todo. El señor O'Neill no estaba más y las cosas entre Nicholas y yo habían terminado. Desde mi regreso a Oxford no había vuelto a encender mi teléfono, no deseaba ver llamadas y mensajes perdidos de Nicholas, tampoco había tomado la computadora ya que posiblemente tendría cien correos de Nicholas buscándome, intentando darme alguna explicación. Para este momento, lo que más me aterraba, era el hecho de que en solo algunos días él volvería y lo más seguro es que comenzaría a buscarme, en casa o en la librería, ya que como era lógico no sabía los recientes acontecimientos sobre el señor O'Neill.
Cientos de ideas rondaban en mi mente, las lágrimas no solo nublaban mi vista sino también mi juicio. Sentía que estaba punto de volverme loca y hasta el momento no había tenido el tiempo o la capacidad de entender todo lo que estaba sucediendo. La cabeza no paraba de darme vueltas, Odiaba salir. Odiaba estar fuera y que todo cuanto me rodeara me recordara que era nada o aún menos que eso. Aun no lograba comprender como era posible que todo en mi entorno evolucionara o creciera, mientras yo no lograba dar un solo paso firme en mi vida. Comenzaba a sentir miedo por mí misma y podía notar como la tristeza y el dolor cada vez se hacían más fuertes apoderándose de cada aspecto y rincón de mi vida, haciéndome cada vez más débil, frágil y vulnerable.
Hábitos tan comunes como el comer o el dormir, se volvieron casi imposibles de hacer. Durante el día, el cansancio y agotamiento se apoderaban de mí y por las noches mi mente se llenaba de recuerdos y pensamientos que provocaban el no poder conciliar el sueño, no importaba cuanto lo deseara o que tan grande fuera el agotamiento, simplemente no conseguía descansar o en paz conmigo misma.
Doña Elina me había visitado ya un par de veces, me daba algo de comida y charlábamos sobre el señor O'Neill, aunque lo hacíamos poco ya que con el simple hecho de escuchar su nombre las lágrimas y el sentimiento me invadían inmediatamente provocando me rompiera en mil partes. No me preocupaba el demostrar mis sentimientos ante doña Elina ya que ella lo atribuía a la reciente partida del señor O'Neill, pero claro estaba que mi dolor iba mucho más allá. Lo que Nicholas me había hecho era probablemente sin duda lo peor que había tenido que soportar hasta el momento. El dolor y la humillación que viví con aquel sujeto cuando era una adolescente, no se comparaba en nada con el dolor que Nicholas había provocado en mí. Ahora me sentía estúpida e ingenua. Me había entregado a Nicholas no solo en cuerpo y alma, sino que también le había compartido cada uno de mis miedos y fracasos, contándole sobre cada detalle de mi vida y él simplemente se había burlado.
No tenía idea de cómo salir de aquello o de lo que haría de ahora en adelante. Aún quedaban 3 semanas de vacaciones y era más que obvio que no deseaba volver a la universidad. No podría tolerar si quiera imaginar el hecho de tenerlo cerca o de cruzarme con él por algún pasillo. Tampoco tenía trabajo y era algo que de igual manera me preocupaba, no sabía cómo cubriría mis gastos de ahora en adelante o lo que haría con mi tiempo libre. Estaba muerta de miedo y no sabía exactamente que hacer o por dónde empezar.
Me sentía abrumada por todo y con todo. Sentía que no quedaba tiempo para intentar poner mi vida en orden o al menos para comenzar a pensar en algo que pudiera ayudarme. Nicholas y el resto del grupo volverían apenas en un par de días y sentía la necesidad de encontrar por lo menos, un punto de equilibrio en mi vida.
Era viernes, y el grupo con el que había viajado a Italia volvía al día siguiente. Debido a mi actual posición financiera debía de tomar algunas decisiones para obtener algo de dinero por el momento, al menos en lo que conseguía algún otro empleo. Así, que dejando de lado mi temor de estar en público, opte por salir un momento y ver si podía resolver mi conflicto económico.
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𝓑𝓾𝓼𝓬𝓪𝓷𝓭𝓸 𝓾𝓷 𝓜𝓸𝓽𝓲𝓿𝓸
Romance𝐄𝐦𝐢𝐥𝐲, 𝐮𝐧𝐚 𝐜𝐡𝐢𝐜𝐚 𝐜𝐚𝐧𝐬𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐬𝐮𝐬 𝐟𝐫𝐚𝐜𝐚𝐬𝐨𝐬 𝐲 𝐞𝐫𝐫𝐨𝐫𝐞𝐬, 𝐝𝐞𝐜𝐢𝐝𝐞 𝐜𝐨𝐦𝐞𝐧𝐳𝐚𝐫 𝐮𝐧𝐚 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐞𝐧 𝐎𝐱𝐟𝐨𝐫𝐝. 𝐒𝐢𝐧 𝐬𝐢𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐚 𝐢𝐦𝐚𝐠𝐢𝐧𝐚𝐫, 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐚 𝐩𝐮𝐧𝐭𝐨 𝐝�...