Habían pasado 10 días desde que Nicholas y yo habíamos terminado o al menos era algo que yo daba ya por echo. Me dolía el no estar con él, pero suponía, era lo mejor para que las cosas se solucionaran y probablemente tomaran su ciclo normal en nuestras vidas. Aunque, a decir verdad, tampoco estaba tan convencida de aquello.
Creí que la charla con Nicholas aquella noche ayudaría a aminorar un poco todo el dolor que sentía. Sin embargo, para nada había sido así. Las noches eran eternas al igual que las horas, batallaba para conciliar el sueño y cuando por fin lograba quedarme dormida soñaba con los días, y las noches que había pasado al lado de Nicholas en Kensington. Me dolía lo que había sucedido entre nosotros, pero también era cierto que aun sentía algo por él.
El acudir a la universidad se había vuelto un infierno ya que, de vez en cuando lo miraba a lo lejos, observándome detenida y silenciosamente. Yo hacía lo posible por actuar lo más normal posible y evadir así cualquier contacto directo con su mirada, aunque cuando él no prestaba atención era yo quien lo observaba. Deseaba que todo esto terminara lo antes posible, sin embargo, no podía apresurar el tiempo. Lo único que me reconfortaba en estos momentos era el hecho de que en tan solo 8 días se llegarían las vacaciones por fiestas decembrinas, las cuales duraban alrededor de dos semanas. Lo más probable es que la pasaría con mi madre y Emilio en Belgravia, aunque aún no les había informado dicha decisión.
Era martes y la lluvia caía sobre Oxford, aunque aquello no impedía que las personas pasearan por las calles o salieran a los sitios públicos más concurridos. Yo me encontraba bebiendo un poco de chocolate caliente y leyendo un libro cuando de repente sonó mi celular...
Diga...
- ¿Emily? Soy Emilio
- Oh. Hola Emilio. ¿Todo bien? ¿Mamá está bien?
- Si. Todo está bien. Lamento si te he preocupado. Es solo que estaba en Oxford. Vine a ver a un paciente y me preguntaba si te gustaría comer conmigo.
- Claro. Me encantaría Emilio. Gracias.
- De acuerdo. Pasó por ti en 20 minutos.
Colgué la llamada y me levanté del sofá para darme una ducha y estar lista para cuando Emilio llegara.
Habían pasado probablemente poco más de 15 minutos cuando llamaban a la puerta. Era Emilio.
- Hola cariño ¿Lista?
- Claro.
Dije mientras cerraba la puerta y caminaba junto a él para subirme a la camioneta.
- ¿Conoces algún buen sitio aquí cerca?
Preguntaba Emilio mientras encendía el automóvil y la verdad es que no conocía mucho de Oxford a pesar de estar viviendo ahí hacía ya algún tiempo. Todos los lugares deliciosos que venían a mi mente eran en Kensington y a pesar de que moría por volver a Zuaya, lo más probable es entraría en modo llanto en cuanto llegará ahí, además de que estaba sumamente lejos de Oxford.
- No Emilio. No salgo demasiado así que conozco poco de sitios para comer aquí.
- No te preocupes. Creo que yo sé de un buen lugar.
Emilio condujo alrededor de 20 minutos cuando por fin llegamos a un sitio maravilloso y sumamente perfecto. Un sitio llamado Eynsham Hall Afternoon Tea, rodeado de jardines enormes y hermosos, elegante y sofisticado. Nos acercamos a la recepción y ordenamos una mesa la cual nos fue otorgada no pasados ni cinco minutos de haberla pedido.
Tomamos asiento y ordenamos al mesero. Emilio ordeno carne a término medio y una copa de vino. Yo por mi parte algo de pasta en salsa de espinaca y agua mineral con algunas gotas de limón y menta.

ESTÁS LEYENDO
𝓑𝓾𝓼𝓬𝓪𝓷𝓭𝓸 𝓾𝓷 𝓜𝓸𝓽𝓲𝓿𝓸
Romance𝐄𝐦𝐢𝐥𝐲, 𝐮𝐧𝐚 𝐜𝐡𝐢𝐜𝐚 𝐜𝐚𝐧𝐬𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐬𝐮𝐬 𝐟𝐫𝐚𝐜𝐚𝐬𝐨𝐬 𝐲 𝐞𝐫𝐫𝐨𝐫𝐞𝐬, 𝐝𝐞𝐜𝐢𝐝𝐞 𝐜𝐨𝐦𝐞𝐧𝐳𝐚𝐫 𝐮𝐧𝐚 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐞𝐧 𝐎𝐱𝐟𝐨𝐫𝐝. 𝐒𝐢𝐧 𝐬𝐢𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐚 𝐢𝐦𝐚𝐠𝐢𝐧𝐚𝐫, 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐚 𝐩𝐮𝐧𝐭𝐨 𝐝�...