Peligro.

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Las manos de Taehyung acariciaban la cintura de Jimin bajo la tela de su camisa aferrándose su dedos a la delicada piel mientras mordía su cuello y se pegaba mas a su cuerpo rozando peligrosamente. Jungkook se puso de pie, observando aquella escena, los dos chicos tocando, besando, tan pequeños y necesitados o así los veía él.

Lentamente y con una sonrisa perversa se quitó la camiseta dejando ver su torso marcado, aun era delgado, pero era evidente que hacía ejercicio, mientra se volvía a acercar escuchó un gemido escapar de la boca del rubio que mantenía sus ojos cerrados, el castaño estaba presionando su ya abultada entrepierna contra el trasero del chico de forma tan descarada. El menor de los tres se arrodilló en la cama frente a estos y estiró su mano llevando su pulgar a la boca del rubio quien atrapó este y empezó a succionarlo. 

Las palabras sobraban, el espacio era llenado de jadeos y respiraciones pasadas que era acalladas ahora por los labios del menor que posesivo robaba la boca de los chicos sin tocar demasiado, dejando que estos fueran los que jugaran para él, para su vista que detallaba cada cosa, casi gobernado la situación.

La camisa del pequeño Jimin estorbó y fue arrancada con desespero de su cuerpo, este ya estaba recostado en la cama y Tae se lanzó sobre el, dejando pequeños besos en su piel tersa, mordiendo la piel sobre sus clavículas y descendiendo hasta llegar a sus delicados y sensibles botones, atrapando uno entre sus labios y succionando mientras el rubio se retorcía bajo de sí. El siguiente en atacar fue Jungkook que empezó a morder y besar la piel de su abdomen deslizando sus dedos a su entrepierna y acariciando la cálida erección del chico que chilló por el contacto sobre la tela. 

El aroma de los tres se mezclaba haciendo que la carga fuera aun más potente, que sus sentidos estuvieran completamente idos, el Alfa liberada feromonas que embriagaban a los dos chicos haciendo que perdieran el control, que sus besos y caricias fueran más intensas como si estuvieran drogados. La siguiente prenda que voló fue la camisa de Taehyung que expuesto se sintió débil a los besos del alfa sobre su columna, a la presión que este ejercía en su trasero con su entrepierna era reflejada en su propio cuerpo que presionaba contra el de Jimin haciendo de esa imagen algo tan oscuro y sensual. 

— Se que quieres estar en su interior. — La voz del alfa sonaba gruesa en el oído del castaño mientras se restregaba aun más contra el robándole un jadeo. — Puedo sentir tus deseos. — Gruñía contra su piel mientras deslizaba su mano hasta la entrepierna del mayor acariciando esta y a su vez generando roces en la de Jimin, pues estás dos estaban rozándose con desespero y necesidad. 

Las caricias y besos eran más desesperados, insistentes, con una carga tan grande que casi se podía ver el vapor escapar de sus bocas. Los besos de Tae descendieron por el abdomen del rubio hasta llegar a su pantalón y empezar a deslizarlo con sus dedos, exponiendo al de menor estatura de los tres. Su piel suave y su aroma tan dulce tenía embriagados a los otros dos chicos y la forma en que gemía y se estremecía a cada roce, por razones distintas era eso lo que enloquecía a esos dos. La lengua de Tae no tuvo reparo alguno al recorrer la piel del chiquillo que chillaba, dejando caminos de saliva que eran recorridos después por la boca hambrienta de Jungkook hasta que sus bocas se encontraron en el miembro del rubio, cálido e hinchado y amasaron, lamieron y chuparon al mismo tiempo hasta que este tembló. A ambos los volvía locos ver a ese retorcerse de placer, siempre pareció que ambos competían por el rubio, pero había algo que Kook nunca tomo en cuenta y que a partir de ese día cambiaría todo. Sus ojos se encontraron con los de Tae, una mirada necesitada, una suplica silenciosa, por primera vez Jungkook lo vio, Tae era un omega que necesitaba atención, que quería ser tomado. El chico serio, engreído y dominante que nunca bajaba la mirada, al final del día era un omega después de todo ¿no? 

Tae siguió encargándose de la húmeda entrada del rubio, atendiéndola con su lengua y dos de sus dedos que embestían al chico con ritmo. Mientras Jungkook quitaba lentamente su pantalón exponiendo su redondo trasero y su entrada húmeda, palpitante. Pasó su dedo índice por la misma y el castaño jadeo y se retorció. Fue un sonido embriagante, adictivo. 

CURIOSIDAD // Yoontae (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora