Instinto

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Tae estaba mirando por la ventana del gran edificio, la noche había caído y la brisa pegaba con fuerza, la lluvia parecía haber tomado un descanso dejándolo a él estancado en ese lugar. No entendia en que momento todo había terminado tan mal. Mil cosas vinieron a su mente, veranos en que compartió experiencias inolvidables y como agujas el recuerdo de Jimin vino y lo removió, de nuevo sus ojos fueron a dar a la pantalla de su móvil y suspiró, no había respuesta aún, quería salir corriendo y buscar a su amigo, abrazarlo y decirle que nunca quiso hacerlo, que nunca pretendió dañarlo y que lo que imaginaba no era de esa forma, pero no podía y eso era lo que más le dolía, estar atrapado en algo que no merecía.

Unos golpes en la puerta lo llamaron de nuevo a tierra y giro su cabeza rápidamente encontrándose con los ojos de su hermano, este avanzaba a su lado con cuidado, como si al hacer un ruido pudiera quebrar algo, ninguno de los dos sabía como romper el silencio.

— ¿Cómo... —

— Jimin. — Interrumpió antes de que preguntara y se sentó en una silla al lado de la cama.

— No tenías que venir. — Bajó la mirada, pues sus ojos quemaron pensando en que en medio de su dolor, aún así, Jimin llamó a alguien para que no quedara solo, porque ese pequeño rubio era así, preocupado, sensible, demasiado bueno para este mundo de mierda.

— Tae, no se que decir, no entiendo muy bien todo esto pero sabes que te voy a apoyar. — El mayor masticaba cada palabra con cuidado de no errar ninguna y eso irritaba al castaño que frunció el ceño. — Buscaremos a los mejores médicos, especialistas.

— Esto no es una rodilla raspada, Namjoon. — Contestó con el tono de voz más fuerte de lo usual y miró directamente al mayor, desafiante. — Aun no he aceptado someterme a ninguna investigación o tratamiento, no estoy enfermo. — 

—  Lo sé, pero... Jungkook puede morir. —  Nam bajó la vista a sus manos, sabía que era una conversación delicada, que no había entendido todo pese a que Hyejin se había esforzado en explicarle a detalle, pero una cosa había quedado clara, aquel chico que también había visto crecer junto a su hermano corría peligro. 

—  Lo sé. —  La voz del castaño se debilitó y también bajó la vista sintiendo como su corazón presionaba. Él no tenía la culpa de eso, pero tenía que hacerse responsable, era evidente que no tenía mucha opción. 

Estuvo a punto de decir algo más pero el sonido de la puerta chirreando al abrirse hizo que ambos giraran su rostro y lentamente una sombra pálida asomó, sus ojos oscuros estaban rodeados por ojeras que se marcaban y su cabello desordenado. Avanzó apenas por el umbral relamiendo sus labios y tragando en seco al darse cuenta que no era el mejor momento. 

—  Lo siento, no sabía... Volveré luego. —  Miró a ambos y asintió a punto de darse la vuelta y huir de esas miradas atentas. 

— No te preocupes, Namjoon ya se iba. —  Dijo el menor de forma seria y miró a su hermano alzando las cejas, este ultimo solo suspiró y se puso de pie.

—  Sí, ya no tenemos más que hablar por ahora. —  Le dio una última mirada al castaño y se encaminó a la puerta, pasando junto a Yoongi, donde se detuvo unos segundos. — Tú y yo hablaremos luego. — Susurró y el más bajo solo asintió siguiendo ambos su camino. 

Yoon se acercó un poco más a la cama del moreno y se escuchó la puerta cerrarse a sus espaldas. 

—  Siento si llegué en un mal momento, pero tenía la necesidad de saber como estabas. —  Lo cierto es que el mayor llevaba un rato sintiéndose incómodo y sin explicación alguna termino frente a esa habitación. 

—  ¿Cómo estoy yo? Lo última vez que te vi estabas en una especie de coma y despertaste abruptamente. —  Se quejó el castaño con una mueca y sus ojos se encontraron con los del otro, haciendo que un frió extraño recorriera su columna. —  Pero estoy bien, solo algo cansado. 

El pelinegro asintió sentándose en la silla que antes era ocupada por el hermano del chico frente suyo y como gesto involuntario empezó a morder su labio inferior que estaba evidentemente maltratado, Tae notó como ya tenía heridas sobre este, una manía común en la gente ansiosa y frunció el ceño cuando un poco de sangre asomo del lugar que este mordía haciendo que como acto reacción el menor llevara su pulgar, rozando apenas el herido belfo para indicarle que parara. Pero la corriente que recorrió su brazo lo hizo alejarse con una mueca de dolor y el otro reaccionó igual. 

—  Lo siento. —  Bajó la mirada extrañamente nervioso. —  Yoongi, puedo preguntarte ¿qué mierda fue lo que pasó? —

—  Créeme que tampoco lo sé, Taehyung, los médicos me explicaron un poco, sobre todo el tema de la imprimación y ese chico, pero sigo confundido, no sé porque me atacó así, tampoco porqué yo reaccioné así.  —  Era evidente que estaba confundido y que estaba siendo sincero, no miraba al menor a la cara, solo hablaba viendo a cualquier lado. —  Supongo que tenía que ver con tu nota y... —

—  ¿Nota? ¿Qué nota? —  Extrañado ladeó su cabeza poniendo más atención en el pálido. 

—  La que dejaste en la sala de música, decía que te viera frente a tu salón sobre el medio día. —  

—  Yoongi, yo no te dejé una nota ¿quién deja notas por ahí hoy en día? —  Ambos quedaron bastante más extrañados. —  ¿Y ponía que era de parte mía? Quizá era una especie de trampa. —

—  No, no ponía, pero olía.... bueno, olía a ti, ya sabes, caramelo y avellana, bastante impregnado y asumí que... —  En ese momento ambos se quedaron en silencio y levantaron la vista, hasta ese momento ninguno lo recordaba, pero la imagen de aquella tarde en el salón de música vino a su memoria. —  

—  No era yo, Yoongi, eso te lo puedo asegurar, te equivocaste de personas. —  Tae tenía el ceño fruncido y se notaba que estaba bastante perturbado. 

—  Pero ponía el edificio y aula donde estabas, por eso fui hasta allí, sujetaba el papel buscando el salón y fue cuando tú amigo me atacó. —  

—  Es evidente que era una trampa, hasta donde sé, Jungkook reaccionaria a cualquier rastro de mi aroma y tú dices que ese papel.... —  

—  Pero ¿por qué? —  El mayor interrumpió poniéndose de pie y pasando sus manos por su cabello, todo esto era cada vez más confuso.



HOLA, YA VINE.

Esta vez no tardé tanto en venir. La verdad es que estuve desanimada y a nada de borrar la historia y ya no seguirla, pues ya casi nadie la lee, y es mí culpa, por no actualizar, pero yo pensaba que era porque es mala y bueno... pero decidí que mejor sigo, porque me encanta escribir esta historia. Díganme ¿qué les parece? ¿Les está gustando? No saben cuan importantes para mí son sus comentarios. 
Muchas gracias por todo el apoyo, hoy estoy sensible, perdón. 

En fin, nos vemos en unos días, chau. 


CURIOSIDAD // Yoontae (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora