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CAPÍTULO 1
M É X I C O

Como ahora soy parte de la manada de mi querido Scotty, nos encontramos en México en busca de Derek —el lobo gruñón y amargado con el que tengo un crush— que resulta que fue secuestrado

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Como ahora soy parte de la manada de mi querido Scotty, nos encontramos en México en busca de Derek —el lobo gruñón y amargado con el que tengo un crush— que resulta que fue secuestrado.

— No se ve tan mal — dijo mi hermano con optimismo.

— No es la ciudad, es el plan — dijo Lydia mientras yo miraba a mi alrededor.

— ¿Qué tiene de malo el plan?

— Stiles, podría ser el plan más estúpido que hemos creado. ¿Te das cuenta de eso? — le preguntó Lydia a mi hermano.

Y aún no me creo que me hayas dejado venir dije sonriéndole.

— Estoy consciente de que no es el mejor — le dijo a Lydia y me miró — Y tú — dijo señalándome acusador con su dedo índice — Si no te dejaba venir le dirías la verdad a papá.

Sip, digamos que ser parte de la manada de Scott en realidad no me aseguraba el que yo viniera a este "paseo" por ser la más pequeña de todos ellos, por lo que acudí al chantaje.

Soy una buena niña, lo juro.

— Vamos a morir.

— ¿Dices eso como banshee o solo estás siendo pesimista? — Le pregunté a Lydia.

— Lo digo como una persona que no quiere morir.  

— ¿Hablas de morir? — Dije y bufé — Tengo casi dieciséis años y parezco una niña de doce. Sería un milagro si me dejan pasar a la fiesta — dije mientras caminábamos — Y si no me dejan pasar, estoy casi segura que alguien me va a secuestrar y matar — dije viendo a las personas.

— Bien. ¿Les molestaría dejar la plática sobre muertes hasta que sean predicciones reales de banshee?

— Este plan es estúpido y vamos a morir — dijo Lydia.

— Gracias. — dijo con sarcasmo Stiles.

Seguimos caminando y entramos en un callejón que no es completamente agradable. Stiles mantenía su mano en mi espalda para que caminara rápido y miraba a su alrededor cada cinco segundos.

— Estamos aquí para la fiesta — Le dijo Lydia a los dos hombres parados frente a la puerta.

Uno de ellos negó y yo me crucé de brazos.

Stiles saco una tarjeta y se la mostró al hombre. Él señaló la cámara indicando que la mostrara hacia allá. Stiles lo hizo y la puerta se abrió automáticamente.

— Vamos, Gaby — dijo Lydia entrelazando su brazo con el mío.

Cuando estuvimos los tres adentro la puerta se cerró de golpe haciéndonos sobresaltar.

𝐁𝐑𝐀𝐕𝐄 ⤻ 𝐋𝐢𝐚𝐦 𝐃𝐮𝐧𝐛𝐚𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora