Priori incantatem
Colagusano se acercó a Harry, que intentó sacudirse su aturdimiento y apoyar en los pies el peso del cuerpo antes de que le desataran las cuerdas. Colagusano levantó su nueva mano plateada, le sacó la bola de tela de la boca, y luego, de un solo golpe, cortó todas las ataduras que sujetaban a Harry a la lápida.
Harry tenía la pierna herida le temblaba, y los mortífagos cerraban filas, tapando los huecos de los que faltaban y formando un cerco más apretado en torno a Voldemort y él. Ni siguiera podía pensar en huir. Colagusano se dirigió hacia el lugar en que yacía el cuerpo de Cedric, y regresó con la varita de Harry, que le puso con brusquedad en la mano, sin mirarlo, para volver luego a ocupar su sitio en el círculo de mortífagos.
-¿Te han dado clases de duelo, Harry Potter? -preguntó Voldemort con voz melosa. Sus rojos ojos brillaban a través de la oscuridad.
Aquellas palabras me hicieron recordar, como si se tratara de una vida anterior, el club de duelo al que había asistido brevemente en Hogwarts dos años antes... Todo cuanto habíamos aprendido en él era el encantamiento de desarme, Expelliarmus. ¿Y qué utilidad podría tener quitarle la varita a Voldemort, si es que conseguía hacerlo, cuando estaba rodeado de mortífagos y serían por lo menos treinta contra uno?
Intenté pensar en una salida. Todos estarían ocupados mirando el duelo, debía pensar en todas las posibilidades para conseguir sacarnos a todos de allí. Harry estaría ocupado intentando ni morir, y Chris se encontraba temblando. Debía pensar en algo.
Harry nunca había aprendido nada que fuera adecuado para aquel momento. Sabía que se iba a enfrentar a aquello contra lo que siempre los había prevenido Moody: la maldición Avada Kedavra, que no se podía interceptar. Y Voldemort tenía razón: aquella vez su madre no se encontraba allí para morir por él. Estaba completamente desprotegido...
-Saludémonos con una inclinación, Harry -dijo Voldemort, agachándose un poco, pero sin dejar de presentar a Harry su cara de serpiente-. Vamos, hay que comportarse como caballeros... A Dumbledore le gustaría que hicieras gala de tus buenos modales. Inclínate ante la muerte, Harry.
Los mortífagos volvieron a reírse. La boca sin labios de Voldemort se contorsionó en una sonrisa. Harry no se inclinó. Sabía lo que estaba pensando, no iba a permitir que Voldemort se burlara de él antes de matarlo... no iba a darle esa satisfacción...
-He dicho que te inclines -repitió Voldemort, alzando la varita.
Vi como Harry curvaba su columna vertebral se curvaba si fuera empujada firmemente por una mano enorme e invisible, y los mortífagos rieron más que antes.
-Muy bien -dijo Voldemort con voz suave, y, cuando levantó la varita, la presión que empujaba a Harry hacia abajo desapareció-. Ahora da la cara como un hombre. Tieso y orgulloso, como murió tu padre...
»Señores, empieza el duelo.
Voldemort levantó la varita una vez más, y, antes de que Harry pudiera hacer nada para defenderse, recibió de nuevo el impacto de la maldición cruciatus. Gritó más fuerte de lo que había gritado en su vida.
Y luego todo cesó. Harry se dio la vuelta y, con dificultad, se puso en pie. Temblaba tan incontrolablemente como Colagusano después de cortarse la mano. En su tambaleo llegó hasta el muro de mortífagos, que lo empujaron hacia Voldemort.
-Un pequeño descanso -dijo Voldemort, dilatando de emoción las alargadas rendijas de la nariz-, una breve pausa... Duele, ¿verdad, Harry? No querrás que lo repita, ¿a que no?
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Lilianne y el Cáliz de Fuego.
FanfictionLilianne regresa al colegio de un forma un tanto peculiar. Después de desaparecer todo el verano y llegar posteriormente de que empiece el curso, unos más que otros se alegran de verla. Pero siempre hay problemas, por ejemplo: una perdida de me...