Capítulo 16

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El Frente de Liberación de los Elfos Domésticos

     Por fin se me había acabado el efecto del elixir de a enfermera, y empezaba a arrepentirme de no tener la boca cosida en ocasiones como esas.

     Esa misma noche, Chris me dijo que se quedaría a mi habitación a dormir, para celebrar la victoria. Hacia las tres de la mañana, cuando seguramente las demás fiestas de los otros campeones hubiera acabado, nos entró hambre.

     Yo le enseñé donde estaban las cocinas, donde una muy reducida cantidad de elfos nos atendió eufóricamente. Al parecer ahora yo era la "Amita amable".

     Eran adorables. 

     A mitad robo, entraron los gemelos Weasley.

     -Pero mira a quien tenemos aquí -se hizo notar Fred.

     -Parece que alguien ha tenido la misma idea de celebrar las victoria -sonrió George.

     -Son las cositas más monas del mundo -el grito de Chris, que aún no se había enterado de su llegada, nos hizo girar en su dirección.

     Dejé a Chris alucinar con la comida y que decidiera todo lo que quisiera mientras yo hablaba con los pelirrojos.

     -Nada de eso -negué-. Estaba enseñándole a Chris las cocinas. Ha insistido en quedarse en mi habitación a dormir por hoy para hablar de la prueba, pero le ha entrado hambre.

     -Parece un saltamontes -opinó George en su dirección-. Es como nosotros el primer día que vinimos.

     -Que recuerdos -puso una mano en el peche Fred de forma soñadora-. Nosotros hemos montado una fiesta en la sala común para todos los de la casa.

     -¿Pensáis subir un montón de comida hasta vuestra sala sin que os pillen? -pregunté alzando una ceja-. No dudo de vuestras habilidades, pero permitidme decir que subir comida para toda una casa es todo un reto.

     -Es una dura encomienda -reconoció Fred dramáticamente.

     -Pero es nuestro deber hacer que todas esas almas en pena que no saben divertirse se lo pasen mejor que nunca -sentenció George.

      -En verdad -opiné-, la idea de los artículos de broma os viene como anillo al dedo. 

     La cara de los dos muchachos se oscureció un poco. Algo andaba mal.

     -¿Que os ha pasado con eso? -cuestioné. 

     -Te empiezas a parecer a nuestros hermanos, Lily -se burló Fred.

     -No debes preocuparte de nuestros asuntos -se cruzó de brazos George-. Por algo son nuestros asuntos.

     -¿Vuestros asuntos en los cuales implica una tienda de bromas de la que queréis que sea socia y en la cual hay algún problema? -alcé una ceja.

     Ellos me miraron nerviosos, y después de una batalla de miradas entre sí, asintieron.

     -Bueno, puede que por ser nuestra socia tengas algo que ver -acabó por decir George.

     -Se trata de una apuesta que hicimos con Bagman -dijo Fred-. Lo vimos en el partido de quiddich y apostamos a que Irlanda ganaba pero Krum atraparía la snitch. Nosotros ganamos.

     -Apostamos todos nuestros ahorros, los cuales van reservados para la tienda -explicó George-, por lo tanto nuestra suma de dinero se hubiera multiplicado si Bagman no fuera un tramposo.

Lilianne y el Cáliz de Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora