Capítulo 12

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El pensadero

     Las siguientes dos semanas fueron un poco estresantes. Hablé con los profesores para convencerlos de hacer un examen de todo lo que habíamos dado hasta ese punto para ver si me había perdido mucho en esos dos meses. Por desgracia más de lo que quería. 

     Tuve que encerrarme durante las próximas dos semanas en la sala de los menesteres buscando información en los libros que me proporcionaba. Mi habitación estaba bien, pero no podía tener todos los libros que necesitaba tirados por el suelo, no cabían. 

     Casi no veía a Chris, él cual me pareció verlo reprimir su felicidad, como si de vez en cuando recordara su miedo de decirle la verdad a Ginny y Luna sobre su verdadero ser. Para poder ayudar, le prometí contarle mi vida al igual que yo escuche la suya. No fue tan buena idea.

     Tardé más que ella, pero porque no paraba de interrumpirme para insultar a mis cuidadoras o sacudirme al final. Cuando estábamos por la parte de Ginny cuando la desmayé, estaba con la boca abierta y con ganas de matar a alguien, pero cuando le conté que Sirius es inocente a parte de mi tío, o mi nueva condición de mujer lobo, me sacudió como si fuera una bolsa de patatas. 

     No le conté lo del animaga, no es que no confiara en que lo mantuviera en secreto, pero ¿cómo explicarle que su crush se había colado por casi todo el curso en mi habitación para ayudar en un experimento? No, mucho mejor hablarle sobre mi cosita de nacimiento.

     -¡TIENES PECAS! 

     Me obligó a cambiar de apariencia una y otra, y otra, y otra vez. Incluso me obligó hacerme crecer pelo en la cara como si fuera un gato o extender mi lengua como la de una serpiente. Admito que eso último se me hizo interesante. 

     La primera prueba cada vez estaba más cerca, y no sabía como sentirme. No quería estar delante de cientos de personas entreteniéndoles como si fuera un simple payaso en la carpa de un circo. Quien quisiera podía participar, y a mi me lo habían impuesto, alguien que quería matarme.

     ¿Por qué demonios querían matarme? Yo no había hecho nad...

     "Monstruo"

     Esta estúpida palabra volvió a resonar en mi cabeza. ¿Alguien había averiguado quien era? Mi respiración se vio afectada.

     "Monstruo"

     Agache la mirada, ¿en verdad me impresionaba que alguien me quisiera muerta? Me sentí como una maldita imbécil... La verdadera pregunta era ¿quién me quería viva? Solo había que descubrir un poco de mi para saber que era una abominación. No debería estar viva, incluso había podido estar cinco meses en un lago y había sobrevivido. No entendía porque me sorprendía tanto. Un monstruo como yo no merecía demasiado.

     Aunque eso no significara que no iba a dejarme matar.

     Una mañana, una lechuza que traía el periódico cayó delante de Chris, sería de su abuela. Rita Skeeter había publicado su artículo sobre el Torneo de los tres magos, que resultó ser no tanto un reportaje sobre el Torneo como una biografía de Harry bastante alterada. La mayor parte de la primera página la ocupaba una fotografía de Harry, y el artículo (que continuaba en las páginas segunda, sexta y séptima) no trataba más que de Harry. Los nombres (mal escritos) de los campeones de Durmstrang y Beauxbatons no aparecían hasta la última línea del artículo, y a Cedric no se lo mencionaba en ningún lugar. 

     Me hizo bastante gracia hasta que vi que yo también tenía un apartado. 

   El artículo de Rita Skeeter lo retrataba diciendo un montón de cosas que estaba segura que Harry no habría dicho nunca, y menos aún en aquel cuarto de la limpieza.

Lilianne y el Cáliz de Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora