-Eitabel querida, luces algo distraída últimamente ¿estás bien?-la aludida dejo de ver el horizonte a donde se encontraba el mar y fijó su vista en su madre.-Claro que si madre- acomodándose la sombrilla, desde aquel incidente con ese hombre del agua, le ha robado sus pensamientos, solo deseaba verlo una vez más.
-¿Estás nerviosa porque vas a ver de nuevo al conde Winchester?-era el futuro marido de Eitabel Wembley. La chica le regresó una sonrisa tímida.
-Por supuesto madre-¿Qué más podía decir? No podía negarse ante tal compromiso, era una norma.
El conde Winchester era sobrino del rey, le había llamado la atención aquella peculiar joven de cabello blanco y mirada profunda.
En la noche, hubo una celebración por fiestas patronales en el pueblo así que el muelle fue adornado para dicha celebración.
-Lady Wembley-la chica dejó de mirar el mar y observó al conde Winchester, su futuro marido.
-Conde Winchester-la chica sonrió al ver que le beso el dorso de la mano - ¿Qué lo trae de visita por Mi Pueblo?
-Quiero ver a mi futura esposa, su padre me mando una carta hace unas semanas, quisiera preguntarle la fecha para la boda.
-No le he dado fecha para la boda, porque no me ha platicado ¿dónde viviremos después de que se efectúe la celebración?
-No tema por su futuro, una vez casada conmigo recibiera su título como Condesa de Winchester - Eitabel se le hizo un nudo en el estómago"¿Ella formando parte de la realeza?" El título le estaba quedando grande - viviremos cerca del rey, pues siempre ocupa de mis servicios.
Condesa de Winchester, Condesa de Winchester, Condesa de Winchester.
-Andando mi Lady, sé de su afición por ver el mar- interrumpió sus pensamientos el Conde, Eitabel sólo pudo asentir, necesitaba ver el mar -¿Qué le atrae Del Mar?
-Es tan basto, que nunca acabas de descubrir lo qué hay en él- el Conde Winchester le acarició la mano, ofreciéndole su abrigo - Es muy amable Conde.
Ajenos a que cierto ser cautivado por las celebraciones en el pueblo por la música. La música podía escucharla, Adrew se sentía totalmente dominado por aquellos sonidos, eran tan hipnótica que lo hicieron dejar mar abierto donde se había resguardado desde aquel incidente, en el barco pirata.
Adrew tomo la iniciativa y piso por primera vez tierra firme, había mucha gente en el muelle, así que decidió refugiarse entre las palmeras. Suspiro escuchando tranquilamente la música "¿Será que ella está aquí?" Recordando a la chica de cabellos blancos que lo salvo.Concentró un poco de su magia, el agua y trasformó su armadura de Athikus en un traje como el que usaban los hombres salió de los matorrales con más confianza decidido a explorar el lugar y hasta que escuchó la voz de ella en el muelle, lo hizo quedarse estático.
-Eres excelente Eitabel, me gusta tu manera de pensar, la corona real te va aceptar encantada, una dama refinada, de buena familia y hermosa- le acarició la mano. Adrew observaba el comportamiento del acompañante, si bien ya podía identificar el lenguaje de estos seres, específicamente el de esta región del planeta-Os ruego que me perdone el atrevimiento que haré, pero esta noche luce si dislumbrante.
-¿Puedo saber de qué atrevimiento habla? - preguntó con cautela Eitabel, el Conde actuó rápidamente al momento de robarle un beso.
Eitabel por un momento presa por la sorpresa se dejó guiar por los suaves movimientos del conde, nunca había sido besada por un hombre.
Hasta que entre el beso abrió los ojos, encontrándose con una figura que la dejó helada, ahí estaba el hombre Del Mar. Era como un balde de agua helada, el Conde notó eso y se separó.
-Lady Wembley ¿la he ofendido de algún modo? Sabe que no es mi intención -Eitabel tenía la mirada fija en Adrew.
-Conde, me deberá disculpar, me tomo por sorpresa -su rostro pálido se coloreo con un leve sonrojo -pero cambiemos de tema, ¿le parece?
-Como usted guste.
Cuando el conde se despidió y la acompañó a su casa, Eitabel abrió la ventana de su cuarto, haciendo una cuerda con sus sábanas bajo del segundo piso, una vez que sus pies tocaron el suelo.
Salió corriendo al muelle, lo estaba buscando. Lo había visto, no lo alucino, era real.
Adrew estaba debatiéndose que hacer, ya llevaba muchos días en este mundo y solo había aprendido lo básico como el lenguaje. Necesitaba ayuda, tenía que volver a Athikus y enfrentar a Irish por lo que hizo.
En eso la observó de nuevo, ahí estaba ella buscando algo insistentemente "quizás ella, puede ayudarme" pensó el gobernante, si algo le habían enseñado sus padres, era en no fiarse de la gente desconocido, pero en estos momentos "¿Qué más podía perder?" Aquí no era nadie.
-¿Que haces aquí? -fue todo lo que preguntó, observó como el color de las mejillas de la chica se tornaron rojas.-Solo quería verte -sonriendo se sentó a su lado, Adrew solo viendo esa sonrisa, supo que quizás no sería mala idea confiar en ella. No olvidaba cómo está misma chica lo ayudó esa vez en el barco-pasó tiempo desde que nos conocimos, veo que ya me entiendes mejor - al ver cómo alzaba la ceja - Soy Eitabel Wembley.
-Aprendí tu idioma con el paso de unas semanas en el mar, escuchar a los marineros entablar conversaciones fue de mucha ayuda - sonrió - Mi nombre Adrew.
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Aquí vengo con la historia de Adrew y Eitabel, espero que les guste.Ellos merecían un libro
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Cuando nos une el agua
FantasíaAdrew legítimo gobernante de las ciudades submarinas de Athikus, considerado un rey para muchos de sus habitantes. Todo se pone de cabeza cuando el rey de las ciudades submarinas ha desaparecido. "¿Dónde estará?" Irish tomando el cargo de su herman...