Algo oculto en París.

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—¿Que hacemos aquí Abdel? — preguntaba Elia mientras el ángel la guiaba por una antigua iglesia — aún podemos irnos cariño, tengo el presentimiento que nos siguen, por favor — estaba desesperada — por fin estamos juntos Abdel, no se que más quieres.

—Elia cariño, será rápido — entrando al templo — Como Raguel cayó, nosotros podemos ser su legado, obtener el poder que él tenía — el ángel tenía una codicia que estaba saliendo a la luz.

—De acuerdo, confió en ti — fue todo lo que dijo rendida, mientras veía como Abdel levantaba unas tablas del suelo. — esto nos dará protección extra contra esos hombres Del Mar —-tomando una antorcha y hundiéndola en aquel fuego que reposaba en una pila, pues Raguel había hecho una plegaria para que se mantuviera siempre el fuego en aquella iglesia.

—Vamos — dijo Elia viendo como en la iglesia comenzaba a trasminar agua, la lluvia estaba muy fuerte — me estoy mojando.—

Abdel y Elia se apresuraron a entrar rápidamente. Sin saber que aquellas gotas que comenzaron a trasminar la pared, se terminaron convirtiendo en dos figuras, Nahir y Adrew.

Entrando por la puerta estaban Endel y Chander.

—Magia negra — fue todo lo que dijo el demonio — Perfecto, así no me sentiré mal—

—Tengo un mal presentimiento — comentó Endel observando aquel lugar.

—No toquen nada — advirtió Adrew mientras bajaban por un camino, ya iluminado, eran unas antiguas escaleras de madera. El que era mitad ángel y mitad hombre Del Mar, flotaba. No quería darle más peso a la estructura.

En cuanto llegaron a la ante camara de aquel improvisado sótano — Enserio, no toquen nada, este lugar está muy cargado de magia oscura.—

Endel comenzó a buscar, tenía un mal presentimiento. Y no era para menos aquel lugar sirvió como cumbre para todos los seguidores del arcángel de alas Rojas.

Amadeus, Shield, Raguel y muchos seguidores más habían pisado aquel lugar.

—¿Crees que eso va a funcionar? — preguntó fríamente al ver como Abdel, iba a sacar la sangre necesaria de Eitabel. Padre e hijo miraron furiosos al ángel — Por algo ella ya no vuela, ya no tiene más sangre celestial, ustedes se la arrebataron — el rey Adrew era una de las personas más pacíficas y medio juguetonas de todas, pero cuando se enoja.

—No te preocupes, yo te cuidaré Elia— le dijo Abdel a Elia, esta asintió rápidamente refugiándose en sus brazos.

—Quizás la madre ya no tiene sangre celestial, pero su hijo — observando a Endel — si que la tiene, se puede sentir entre tanta magia negra —

Era la distracción que Chander necesitaba, Adrew, Nahir y Endel eran personas puras de corazón, no podían tocar nada o sus pensamientos serían manchados.

Rápidamente tomo el libro, era un libro que tenía más magia negra que nada, estaba escrito por diversas figuras que se destacaron en el movimiento que trató de hacer Raguel.

—¿Quieres mi sangre? — tomando un cuchillo — déjala ir y la tendrás — el mismo sacrificio, que su madre había hecho por él. Ahora sentía el peso de esas palabras, el mismo coraje y fuerza de voluntad que tenía Eitabel.

Abdel se carcajeo — Eitabel ya no existe, ahora esta Elia —

—iMientes!—grito Adrew lanzándose contra Abdel, Elia solo observaba el coraje con el que Adrew peleaba contra Abdel — devuélveme a mi mujer —

Elia en un ataque de pánico salió corriendo por los pasadizos, sin saber qué una corriente agua la estaba siguiendo.

Ella tenía el corazón roto, nunca había visto a Abdel tan decisivo como Adrew, nunca por ella.

Lloraba con impotencia, tantos siglos creyendo que lo único que importaba era salir y estar con su Abdel.

—¿A donde crees que vas? — preguntó Endel tomando a Abdel del cuello. — tú y yo tenemos cosas que hablar — golpeándolo, Nahir y Chander estaban encargándose de desmantelar el lugar.

—¿Crees que funcione? — al ver como la mujer Del Mar comenzaba a atraer el agua de la lluvia, Chander observo como un montón de agua estaba contenida en los brazos de Nahir.

—¿Ya te dije que eres la mejor? ¿Y que me encanta mi chica segura y que es muy fuerte? — Nahir se sonrojó.

—Tienes razón, va a funcionar — dejando caer todo el agua sobre aquel lugar, limpiando aquel recinto, pues el agua era neutral.

Podías moldearla a tu semejanza, para buenos o malos motivos, ya que era el elemento más puro del planeta. Solo era cuestión de tener la habilidad.

Chander tomó a Nahir de la cintura, el demonio claro que no tenía problemas para estar en el agua, así que beso a su mujer Del Mar.

—Te amo — murmuro acariciando su mejilla.

Elia corría por los pasadizos, hasta que encontró su salida, su naturaleza de Ángel Oscuro.

Resultaba irónico el padre de Eitabel había expulsado a todos Los Ángeles oscuros de la ciudad celestial, ahora el cuerpo de su hija menor estaba poseído por uno.

El agua empezaba a rodearla, pero Elia estaba enojada, dolida, decepcionada. Los peores sentimientos que pueden tener Los Ángeles oscuros si se trata de combatir.

Pero Adrew, no quería hacerle daño más del absolutamente necesario.

—Devuélveme a mi esposa y te libero — le advirtió Adrew, Elia se carcajeo de manera cínica por los 4 vientos.

Esas risas burlonas, se trasformaron en gritos, gritos incontrolables. Le estaba resultando imposible controlarla.

"Vamos tú puedes Eitabel, tú puedes mi ángel" pensaba que su mujer estaba luchando por salir y no estaba tan alejado a la verdad.

Elia cayó al suelo cuando el último grito desgarrador se hizo presente en su garganta. Había estado utilizando su poder, su energía, para despertar algo que yacía en el cuerpo de Eitabel.

Rompiendo con unas imponentes alas la cápsula del agua, Adrew se quedó estático. Sus alas estaban ahí, solo veía su espalda sangrar producto del desgarro de músculos, piel.

Adrew la sostuvo — yo sé que estás ahí, amor despierta, no dejes que te controle— tratando de despertarla, necesitaba hacerlo ante cualquier costo. Ya no estaban en el suelo, estaban muchos metros en el aire.

—Es mi turno de vivir Hombre Del Mar — con indiferencia, lo que le dijo a Adrew que su ángel aún no estaba— pero necesito un amor como el tuyo— besandolo, Adrew rápidamente se separó rápidamente.

—Mi amor solo le pertenece a una persona, quizás tú tengas su cuerpo, pero no eres ella — Elia lo miro mal, soltándolo de su agarre, haciendo que Adrew cayera al suelo.

Cosa que no fue así, ya que el agua fiel a uno de sus portadores, lo acunó evitando su impacto en la dura tierra, que le causaría la muerte.

Elia voló a donde se encontraban Endel y Abdel volando.

—Escuche que te llamabas Endel — murmuro atrás de ese arcángel con una mirada sombría — odio ese nombre, ese nombre me llevó al infierno — quitandole la espada y encajándosela en el pecho, atravesando su armadura de acero, con su fuerza.

Cayendo rápidamente, ya no tenía fuerza para usar sus alas.

—Cariño que bueno que me ayudaste — pero Elia solamente lo tomo del cuello elevándolo unos metros más.

—Me mentiste — con el corazón roto— nunca me amaste — solo se escuchó un crujido el cuello roto de Abdel, cayó el ángel muerto al suelo.

—¡Endel! — gritaba su padre usando sus poderes de agua, evitando que cayera. La espada lo atravesaba, Endel comenzó a temblar — tenemos que llevarlo, tenemos que curarlo, necesitamos hacer algo ya— desesperado no podía darse el lujo de perder a su único hijo.

—Llévenme a Fray— dijo entre murmuros con la pica fuerza — ella me ayudará — tratando de mantenerse consciente.

Apareció todo el escuadrón celestial con Norte a la cabeza.

—Vamos por la angel oscura — dio la orden Norte.

Cuando nos une el aguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora