Un ángel oscuro.

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—No podemos sanarlo Adrew — salió Norte del cuarto de curación de la ciudad celestial — está realmente muy lastimado, creo que necesitará intervención humana.

—Llévenlo con Marlen, como quiso — habló Chander teniendo una visión tomando la mano enseñandole lo que veía.

—Pues a Fray iremos, si así mi hijo se sana—  "Lo estoy cuidando bien, mi reina" pensaba mientras lo transportaba en una cúpula de agua, seguía observando a su hijo con detenimiento. Adrew no se había equivocado al presagiar los rasgos de su hijo con la Ángel, sacó aquel color tan característico que tenía Eitabel, eso hacía para él, que su hijo fuera aún más especial.

Eran las 3 de la mañana en Fray, Marlen corría de la cafetería — no puede ser — tirando el postre en el primer cesto de basura, hacia 20 minutos apenas se sentó a cenar.

Su guardia había iniciado muy pesada con muchos pacientes, por suerte con sus residentes pudieron encontrar la manera de salir adelante con tantos pacientes.

—Viene un herido por arma blanca, que le atraviesa el pecho en 15 minutos, necesito  que la sala de shock este libre — le dijo a su residente mayor, este asintió. Marlen comenzó a mentalizarse para ver a su amado herido y no perder su cordura. No se había echado dos especialidades para , medicina familiar y luego en esos 9 años de soledad, urgencias.

En el camino a Fray, Nahir y Chander, le explicaron a Adrew quien era Marlen y que significaba para su moribundo hijo.

—Vaya que bonito es este infierno — comentó Chander observando ambulancias, gente peleando por entrar en la rampa de urgencias, gente herida y mucha tensión en el aire — no me sorprende que mi hermana le guste este lugar —

Norte se había encargado de con una plegaria esconderle sus alas, Adrew traia cargando a su hijo.

En eso apareció Marlen con sus 5 residentes — Hola Adrew, nosotros nos encargamos, no puedes pasar a esa sala — dijo con pesar, Adrew asintió, le dio seguridad la chica para dejar a su hijo en una camilla.

—Quiero que chequen pulsos, preparen solución salina, que vengan los de cirugía para checar la herida también — comentó Marlen, poniendose unos guantes de látex, no sabía si esto era una buena idea, tocarlo— ¿Me escuchas? — le pregunto tratando de calmarse.

—¿Marlen? — preguntó el ángel, el cual sonrió viendola.

—No te esfuerces — su trabajo se limitaba a mantenerlo estable para llevarlo al quirófano. Una vez que le infundieron la solución salina, Marlén se acercó a Endel, que estaba semi inconsciente — te vas a poner bien, ya lo verás — susurraba y le acarició la mejilla, sonrío unos segundos al sentir la tersa piel del arcángel y luego sintió un dolor hiriente en sus manos, el látex se derritió en sus manos, lo que optó por quitárselos rápidamente.

El equipo de cirugía estaba a cargo de Roxan Decanini, que después de unas radiografías.

—Lo vamos a llevar a cirugía, lo voy a operar, el arma toco la vena cava superior, lo lograste estabilizar —Marlén puso sus manos en el uniforme quirurgico, no quería que su mejor amiga viera las quemaduras que tenía.

—Cuídalo mucho Roxan — en una súplica — aquí estaré esperando a que salgas — ahora si podía quitarse esa máscara de profesionalismo.

—Confía en mi, estará bien — la abrazo rapidamente antes de irse a quirófano con Endel.

Marlen fue rápidamente a la sala de espera donde estaba Nahir, Adrew y su hermano.

—Logre estabilizarlo, ahorita está en quirófano, en cuanto tenga cualquier novedad les diré — seguía ocultando sus manos quemadas, que no pasaron por desapercibidas por Adrew.

Cuando nos une el aguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora