Carlos.
Intento abrir mis ojos ante un entorno demasiado luminoso y frío, muevo mis manos con esfuerzo y siento como el mover de mis extremidades genera un pasivo dolor de reacción en todo mi brazo. Siento mi cuerpo caído y extenuado, como si me fueran dado una paliza. Trato de mover mi cabeza hacia un lado pero siento como me duele y me resigno. Toco las sábanas o lo que cubría esta cama y siento como la lana es bastante suave, estoy en mi cama, conozco muy bien mis sábanas. Por un momento pensé que estaba muerto o en una camilla de hospital. Busco la manera de hacer que mis ojos, se adapten al entorno luminoso que ofrecía el sol que embocaba por aquella ventana. Los abro poco a poco, mis ojos van reconociendo mi alrededor, veo al fondo mi clóset de ropa y a su lado la TV. Me miro los pies y aún tengo las medias que me había puesto ayer para ir a la Universidad..
¡Joderrr la universidad, hoy tengo clase!
Me levanto casi cayéndome y siento un temblor en mi cabeza, no le prestó atención, busco mi teléfono a primera vista y no lo percibo por ningún lado, mis huesos traquearon cuando me levanté acelerado, miro alrededor buscando con mi extenuado cuerpo casi cayéndose. Miro hacia la cama y en una esquina a la pared, lo percibo. Joder, lo tenía a mi lado. Me desespero en agarrarlo, lo enciendo y el reloj marcaba las "9:15am". Mis horas de clases empiezan a las 7:00pm, no puede ser. No puse alarma y mamá no me despertó.Me siento sobre la cama apretando mi cabeza con las manos. Me siento muy, muy estresado por faltar hoy a clases. Apenas ingresé ayer, y ya voy a faltar hoy? No, no. Enciendo mi teléfono de nuevo, y en mi cabeza se prende un bombillo preguntándome ¿Qué ocurrió ayer?. Veo que tengo un mensaje de Costas, hace 1 hora. La duda que deambulaba por mi cabeza, me tenía intranquilo. ¿Qué pasó ayer? No recuerdo casi nada. Ayer me ví con Lucía, fué un día bastante mágico para mí, tocar sus labios es tocar el cielo, honestamente.. Pero, ¿Qué pasó?. Por un lado, no recuerdo qué ocurrió cuando entré a casa, sólo recuerdo que venía con un mareo terrible y con un dolor cabeza, bastante intenso. No recuerdo más nada.
Escucho pasos por el corredor acercándose a mi habitación. Trato de respirar, sé que estoy demasiado estresado por no ir a clases y por la incógnita de lo que pasó ayer. Me siento agotado realmente, ¿Será que me golpearon o algo así? Pero no recuerdo nada de eso, lo último que mis ojos captaron ayer, fué el cruzar la puerta de mi casa.. desde ese momento, mi vista se apagó, no lo sé.
De reojo veo entrar a mi madre, miro hacia el suelo, inclinado y con los codos apoyado en mis piernas dejando caer mis manos.+ ¿Cómo amaneciste, hijo? -Pregunta mi madre-.
Intento atenderla, pero no lo sé, esta incógnita, me trae hasta vergüenza. Busco rápidamente que responderle, algo que suene austero y normal. Sé que estresado, a veces no me sé expresar. Con la mirada al suelo, inclinado y mis dedos tocándose, respondo:
- Hola mamá. Me siento agotado. ¿Por qué no me despertaste para ir a la Universidad? No alcancé a poner la alarma.
Mi madre se sienta a mi lado, cruza su brazo por mi cielo y espalda, sus manos frotan mi piel, intentando tranquilizarme.
+ Hijo, hoy tenemos que ir al médico. -Dice-
Cabizbajo frunzo el ceño, y en mi mente se generan mil preguntas, levanto mi cabeza buscando mirarla, la miro con desdeñanza y agrego:
- ¿Médico? Pero, si estoy bien, no ocurre nada. Sólo estoy cansado y tengo un dolor de cabeza leve, tal vez porque ayer fué un día bastante agotado mamá. ¿Para qué hay que ir al médico?
Sus ojos me penetran con una mirada lastimosa, casi sollozando, o eso intento percibir en ellos. Mi mente no deja de preguntarse miles y miles de preguntas. Pasan un par de segundos y aún me mira, da un respiro hondo y responde tartamudeando:
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TÚ ERES MI DEVOCIÓN
Novela JuvenilDicciones de un «amor no correspondido pero infinito». La historia que están punto de leer, cuenta el crudo camino repleto de un amor silencioso entre Carlos y Lucía. Su día a día es significado de predilección y su amor sinónimo de estigmas. Su lar...