Lucía.
Mi noche se ha convertido en una pesadilla, pensar en mí, en mi progresar, en mis más rotundas inseguridades, no me deja dormir.
Saber que entre mis más remotos pensamientos se encuentra siempre pisoteada, aquella luz de esperanza que me haga sentir viva y en certidumbre.
No sabría cómo explicarlo, pero aquella certidumbre sí sentí hoy. Y la siento siempre que estoy con mis amigos.
Ash.. Carlos es un gran chico, es alguien que en mi corazón tiene un lugar especial, y ése beso descomunal a pesar que me hizo sentir demasiado incómoda, en el fondo, sentí aquella seguridad que necesito. Pero no quiero confundir a Carlos, me gusta tenerlo como un buen amigo, como alguien a quien puedo acudir en mis más oscuras noches, más allá de eso, no creo verlo.Ése beso me inyectó una poderosa dosis de calmante, a pesar de todo. Me sentí segura, en el fondo de mi corazón. Pero esta horrible e impredecible autoestima, me hace mirar con recelo todo. Mi vida tal vez sea un caos, pero entre este caos tengo personas que me hacen sentir demasiado especial. Entre ellas, Carlos. Me dió mucho coraje cuando pagó el taxi de servicio, siento que no debe hacerlo. Pero el despedirlo sin un abrazo, sé que eso lo hizo sentir mal.
- ¡Tring! -Suena mi teléfono-.
Me levanto, buscando sobre el tocador mi teléfono. No queriendo ponerle atención, sólo espero que sea un mensaje importante. Rozo mi teléfono, lo agarro y estiró mi cuerpo sobre la cama encendiéndolo. Miro repentinamente un mensaje de Valentina. Una gran amiga.
+ "Amiga, necesito hablar contigo muy rápido." -Dice el mensaje de texto-.
Al leerlo, mis pupilas se dilatan. Valentina no es de misterios en lo absoluto, al parecer es algo serio.
Miro la hora que me ofrece el teléfono, y leo las 10:15pm. Ya tenía que dormir, pero no puedo dejar a mi amiga en espera. Tengo curiosidad.- "Dime, amiga. ¿Sucede algo". -Le respondo-.
Retrocedo al la bandeja de entrada y no encuentro ningún mensaje de Carlos, ya han pasado más de 2 horas desde que se fué, es extraño que no me haya escrito. Sin embargo, le dejaré un mensaje.
- "Carlitos, ¿Ya llegaste?." -Le escribo ansiosa de una respuesta-.
Siento mi estomago hacer contracciones.
Ya era de esperarse, en estos días me espera una lluvia de menstruación. Y tal vez mañana despertaré con unos estruendos dolorosos, ojalá y no.
Me parece de muy mala suerte el ir a mi primer día de Universidad, con fuertes cólicos. Pero debo disimular, todos los efectos que este causa.
Siento mi teléfono vibrar y encenderse. Lo agarro, y en la pantalla de bloqueo percibo un mensaje de Valentina. Deslizo para desbloquear, y entro rápidamente para leerlo bien y responderle.+ "Hay un chico que me está rogando para que te hable de él,". -Leo mientras mi ceño de frunce-.
No entiendo nada en su totalidad, pero la curiosidad mató al gato. Y aunque en realidad no me interese nada de la vida de ese chico, quiero saber quién es.
- "Hmm, ¿Quién es, amiga?". -Le respondo mordiendo mis uñas-.
Valentina no es capaz de presentarme a alguien, nunca lo ha hecho, se me hace extraño. Pero Solo quiero saber quién es.
Mi barriga sufre una fuerte contracción y me encojo en forma de bebé, apretando mi abdomen buscando apaciguar el dolor que esto me causa. A veces creo que estos cólicos son tortura para nosotras las mujeres, o nuestro creador es un poco gilipollas.
Miro hacia el techo, esperando alguna respuesta de Valentina o Carlos, e incluso gran Watson, un amigo que lo veo que está en línea y no me ha respondido.
Pienso en mi primer día de clases en esa universidad, espero y aprovechar esta oportunidad de estar en ella, y así, darle el orgullo de mi mamá, se merece. Ya quiero entrar, aunque sinceramente estoy un poco nerviosa. Debo ser lo más espontánea posible, es prioridad.
Siento el teléfono vibrar, y casi sin pensarlo, lo agarro. Abro la bandeja de entrada, y veo que Valentina envío una foto. Entro rápidamente y observo a un chico de rostro casi definido, ojos avellana y de cuerpo casi atlético. Pero no me interesa en lo absoluto.
ESTÁS LEYENDO
TÚ ERES MI DEVOCIÓN
Novela JuvenilDicciones de un «amor no correspondido pero infinito». La historia que están punto de leer, cuenta el crudo camino repleto de un amor silencioso entre Carlos y Lucía. Su día a día es significado de predilección y su amor sinónimo de estigmas. Su lar...