"No te alejes"

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Carlos.

Mi mente totalmente concentrada en aquél beso que encajó nuestras almas, en aquél roce de labios que era el toque final para reafirmar éste voluminoso amor. Para mí era in-creíble estar tocando los labios de mi platónico e imposible amor. Sentía su corazón galopar junto al mío, y eso me derretía.

Sus labios eran tan suaves, sentía un gusto cereza.

Intenté abrazarla fuerte, tocar con mis manos su rostro. Aún flácido, aún temblando, mis manos rodaron su delicadeza, mis dedos arrastraron un mechón de su cabello en su oreja. Me quedaría así toda una eternidad, enfrentando nuestros labios. Mi corazón danzaba junto al suyo. Algo dentro de mí me hacía vibrar. Y sobre aquella plaza donde quedará marcado mi más bonito recuerdo, sus pies temblaron. Sus labios se detuvieron, los míos también, podía percibir lo nerviosa y avergonzada que estaba, pero no era la única. Sus labios se despegan de los míos sigilosamente, sus ojos me enfocan con desasosiego. Aquel momento mágico después de un beso que generó grandes emociones, fué emboscado.

+ ¡No, espera! -Exclama alejándose casi saltando, con sus manos me empuja pasivamente-. No debimos hacer esto.

La miro a los ojos, su mirada se baja demostrando vergüenza. No quería arruinar el momento, este beso reafirmo mi amor, y un rechazó ahora, no me caería bien.

+ Tranquila. -Tomo sus brazos y busco su vista-. Discúlpame, ¿si? No era mi intención besarte así de repente.

"Mentira" -Susurro mi subconsciente-

Era más que obvio que deseaba con pureza rozar sus labios, era obvio que soñaba con sentir su cuerpo junto al mío mientras nuestras almas se abrazaban. Era más que obvio. Pero su reacción me hizo desencajar, necesitaba ser prudente y pedirle su disculpa. Lo que menos quiero es que sus ojos me vean como un abusador, un irrespetuoso. Ni de chiste quiero que por su mente ronden pensamientos de infracción.

+ No sé cómo sucedió, pero no debió pasar Carlos. -Dice mirándome con una dosis de euforia-.

No, no podía permitir que Lucía se enojara. Tenía que decirle algo que la tranquilice, o si no, lo que acabó de suceder, en vez de ser un plus para mi acercamiento, puede ser un paso de su indeseable alejamiento. No sé ni que decirle, aún mi mente máquina sobre lo hermoso que fué aquel beso, aún mi alma sigue saltando de alegría. Aún siento sus labios junto a los míos.

- Lucía, tranquila, ¿si? Sólo fué cuestión de impulsos. No te enojes.

Ella hace un gesto de preocupación y comenta:

+ Es que no sé cómo sucedió, no lo sé. Cuando me abrazaste, pude sentir una fuerza que generó un sentimiento de amor, o no sé si fué de impulso que me llevó a besarte. Y es que sólo somos amigos, esto está prohibido.

Mi mente busca entrar en razón. Busco rápidamente encontrarle respuesta a lo que me dice, estoy un poco confundido. Debo ser concreto y preguntarle algo que aclare mis sentimientos ahora, porque hasta puedo creer que ella siente alguna atracción hacía mí, que creo que es imposible, pero podría ser.

Ojalá.

Mi corazón se siente feliz, pero aún así, debo atreverme a cuestionar sus sentimientos. Porque creo en el destino, ya sé que este sentimiento de amor, no lleva consigo cualquier definición.

- Ven, vamos a sentarnos sobre está banca. -Tomo su mano y la dirijo a la banca que estaba aproximadamente a un metro de distancia-.

TÚ ERES MI DEVOCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora