Un segundo encuentro peculiar

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Todoroki abrió los ojos, no reconoció el lugar, pero el percibir el olor a medicamento, cayó en la conclusión de que se encuentra en un hospital.

Alguien entra sin tocar, es una chica de quince años, cabello celeste ondulado con un pequeño cuerno que tiene en la frente y ojos carmín, tiene el uniforme de lo a escuela UA, cuánta nostalgia.

-¡Tío Shoto!- lo llama con alegría mientras corre para abrazarlo en el cuello.

-Eri- correspondió el abrazo.

-¿Estás bien? Me dijeron que el festival fue atacado por un villano con un quirk que puede manipular el clima.

-Estoy bien, tranquila- le acaricia la cabeza con una sonrisa cálida.

-Con aún sigues convida- dijo un joven rubio de su edad que entró momento después.

-Mirio- murmuró Shoto.

- no esperaba menos del hijo del segundo mejor héroe.

-Papá, sé más empático con él- reclamó la niña con un puchero- ha pasado por mucho.

-Y tú jovencita estás muy bien informada- le jala un poco la mejilla en modo de juego.

Shoto río un poco viendo una escena tan tierna y divertida.

-¿Y cómo está Tamaki?- preguntó.

-Él está bien, estaba igual de preocupado, quería verte, pero no podía dejar su turno de patrullaje.

Eri saca de su mochila un toper de comida.

-Mamá te manda esto. Dice que no puede hacer mucho, y lo único que puede hacer es preparar tu soba favorita- mencionó.

-¿Pero qué dicen? Ustedes me han ayudado mucho desde los últimos cinco años- confesó Shoto.

Es verdad, desde que Izuku se fue, Mirio y Tamaki, al cumplir la mayoría de edad, decidieron a adoptar a Eri que aún contaba con once años de edad. Ya que la pequeña no tenía quien la cuide; lo sorprendente de todo eso, fue que Mirio se le había declarado a Tamaki cuando se graduaron, ahí comenzó todo el papeleo y la adopción de Eri, la niña estaba feliz de haber encontrado a unos padres tan cariñosos, ahora que trabajan como pro héroes, pueden ayudar a la chica con sus estudios.

En ese tiempo, Shoto cayó en depresión, pero Eri se encargó de curar su corazón con abrazos y mimos, hubo una ocasión en que la pequeña le dijo: "imagina que soy Izuku, no te preocupes, vas a estar bien".

Claro que Shoto no pudo evitar imaginar a Izuku a través de Eri, pues tiene rasgos finitos que muestran inocencia y pureza, como lo fue una vez él.

Hablando de eso, recordó sus ojos.

-¿Shoto?- le habló Mirio al ver que el hombre no prestaba atención en la conversación.

-Ah, lo siento, Mirio, es que estaba pensando- se disculpó apenado.

-¿En qué pensabas?- preguntó Eri ladeando la cabeza.

-Cuando los chicos me llevaron al hospital, dijeron que un chico moreno me había salvado- relató Shoto- pero...creí...haber visto a Midoriya.

Los presentes entreabrieron los ojos.

-No estoy seguro de haberlo visto bien, pero, me parecía tan real.

-Pero, tío...

-Lo sé, es probable que fue mi imaginación, o que estaba a punto de morir y Midoriya me empujó al mundo de los vivos nuevamente. Supongo que, desea que siga adelante.

El clonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora