"Well, since my baby left me, I found a new place to dwell. Its down at the end of lonely street At heartbreak hotel... "
¡Esa canción! nunca había escuchado algo parecido, cada vez que me encontraba caminando por la calle y en cualquier casa alguien la escuchaba, me quedaba sentado en alguna de las aceras a escucharla; como una tarde que iba en mi bicicleta por algún callejón que tomaba de atajo para llegar a casa, no sé de dónde pero de pronto sonó. Me detuve de golpe y comencé a buscar de donde venía la música, me acerqué hasta la ventana y sólo vi el tocadiscos, me quedé parado ahí hasta que se terminara la canción; me sentí hipnotizado. Desde ese entonces la considero "mi canción", es como si al escucharla sintiera que algo magnifico está pasando a mi alrededor, aunque nuca veo nada, pero lo siento.
"You make me so lonely baby, I get so lonely, I get so lonely I could die..."
Y sí, justo de lo que hablaba, al escuchar esta canción siempre pasaba algo magnifico, o si no, algo interesante. Ahí estaba ella, de nuevo caminando por la acera de enfrente como cada día a las dos de la tarde, con el uniforme de la escuela un poco desaliñado ya que cualquiera al salir de clase se siente fastidiado de guardar la buena imagen. Llevaba su blusa desabotonada sólo hasta el segundo botón, el suéter abierto y la corbata que les hacían ponerse en su escuela, la llevaba en las manos, jugando como siempre.
Ella siempre soltaba su cabello cuando pasaba por esa esquina, parecía hacerlo adrede y no es que yo perdiera la cabeza por ella, pero me gustaba observarla mientras pasaba frente a mí; Su andar tan poco común, atractivo o no sé y su mirada... si hablamos de eso no sabría describirlo, era como un coqueteo inconsciente pero a veces acompañada de una media sonrisa... entonces me pregunto si es coqueteo o sólo se está riendo de mí, aunque para ser sincero creo que no me nota y quizá pienso que me ha mirado un par de veces cuando tal vez, ella está mirando otra cosa. Para colmo era castaña, estaba acostumbrado al lado sexy de las rubias desde que conocí a Brigitte Bardot, pero esta chica no era sexy, era... ¿sensual?, bien quizá soy un tonto al pensar esto cada vez que la veo.
Ella sentada en la banca de la acera de enfrente y yo... yo estaba sentado en la acera contraria esperando el bus que me llevaría a casa, sentado en un extraño momento a solas mirándola como estúpido, sí ¿qué demonios hacía mirando a una chica con sus características? la había visto las suficientes veces para darme cuenta que era una odiosa bravucona o ¿una chica con odiosos bravucones como amigos? no importa, ella siempre me daba motivos para mirarla sin excepción alguna, a menos, claro, que llegaran de la nada sus amigos, parecía como si ella tuviera un radar en algún lugar de su cabeza y sus amigos un rastreador en sus relojes.
Siempre sin importar cómo, llegaban hasta ella. Uno de ellos le quitó la corbata de las manos y se la aventó a otro, ella les pedía la prenda mientras entre los tres (porque había uno más) se lanzaban la corbata a risas. Ella seguía pidiéndoles la prenda pero seguían sin hacerle caso y fue hasta que golpeó a uno en el estómago que decidieron rendirse.
-¿No te han dicho que eres una salvaje?-le preguntaba risueño el chico mientras se sobaba.
-En ocasiones, pero eso no ha de incomodarme, las mujeres salvajes dominaremos el mundo-dijo ella mientras guardaba su corbata en su mochila y sonreía retadora. En ese momento me distraje por culpa de un siempre inoportuno Pete.
-Hey George ¿irás a la casa de John?-preguntó mientras se colgaba en mi cuello y me abrazaba como si fuéramos compadres.
-Sí, quedamos de vernos a las cuatro, así que ahí estaré, también irá Paul ya sabes.-contesté mirándolo con cierta indiferencia, miré de nuevo hacia ese punto frente a mi acera, ella seguía ahí con sus tres mosqueteros.
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Honey Pie
FanfictionFanFic dedicado a The Beatles. Esta historia se desarrolla en la época previa al viaje del entonces, quinteto de Liverpool, a Hamburgo. John, George, Paul, Ringo y Stuart Sutcliffe, conocen a un par de personas que cambiarán sus días en el pequeño...