#13

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-Ten cuidado quieres- me reclamó Stuart por haberlo pisado-¿no pudiste correr hacia otro lugar?

-No seas molesto, que no ves que...

-Será mejor que salgas de ahí- volvimos a escuchar al señor y nos callamos, por la luz que llevaba pudimos notar que estaba cerca de donde nosotros con aquello que parecía de metal, nos pegamos a la pared y tapamos nuestra nariz y boca con las manos tanto para no hacer mucho ruido con nuestra respiración, como para no tragarnos todo el polvo que había ahí adentro. Estaba preocupada por John, George y Paul, pero más por Oliver, esperaba que estuvieran bien escondidos y no se les ocurriera asomarse o al tonto de John, hacerse el gracioso bravucón.

La luz iluminó parte de la capilla pues chocaba con el cancel de ésta, el hombre se quedó unos instantes ahí que me parecieron eternos, lo único que quería era que se alejara para salir corriendo para encontrar a Oliver, por lo que después de haber escuchado que caminaba me asomé cuidadosamente por el espacio abierto de las puertas hasta que ya no pudiera ver su silueta.

-Tenemos que buscarlos- le dije a Stuart quién se veía tremendamente pálido a esa hora de la noche, nos podíamos ver por la luz natural que entraba por una de las pequeñas rendijas.

-Deberíamos esperar un poco más- habló en voz baja y yo seguía pensando que Stuart parecía fantasma y que podría pasar fácilmente por el habitante de esa capilla

-Estoy preocupada, vamos por favor

-Te dije que hacer estas cosas era demasiado estúpido, qué pensa...

-Deja de querer discutir eso no importa ahora no necesito tus regaños...

-Es que cómo hacerte entender Alison que...

-Cierra la maldita boca y mejor apresu...- y en medio de aquella absurda discusión y justo cuando me disponía salir e ignorarlo, uno de esos aires fuertes se desató y como iba hacia un lado contrario, entró por la rendija haciendo que las puertas se cerraran de un azotón.

-No puede ser- dijo Stuart, nos miramos y después dimos grandes pasos hacia las puertas para intentar abrirlas pero éstas parecían atoradas con algo.

-Demonios- dije mientras jalaba las puertas -demonios, demonios, demonios- seguíamos forcejeando con las puertas pero estas no se abrían, ambos empujamos con nuestro peso pero tampoco cedían.

-¿Y ahora qué hacemos? tendremos que pedir ayuda- me pregunté y contesté yo misma por la angustia

-¿Y quién demonios nos escuchará, genio?

-Tal vez los chicos anden por aquí cerca...

-O el hombre que parece asesino- me contradijo

-Debemos esperar...

-Estás loca si piensas que...- de pronto escuchamos un sonido que provenía de lo más oscuro del lugar, como si estuvieran rascando la pared, nos quedamos en completo silencio y para después sobresaltarnos al escuchar un empujón sobre la tumba, no sabíamos si era un animal o había alguien más pero comenzamos a golpear las puertas y a gritarles a los chicos. Stuart dejó de golpear para comenzar a hiperventilar, lo miré de inmediato y él se tocó las rodillas y seguía con una respiración agitada.

-¿Stuart qué te pasa? ¿Qué tienes? ¿Por qué estás...?- él me miró sin decir nada, al menos no con palabras pero sí con la mirada, que parecía alarmada, no mucho pero sí lo suficiente para hacerme entender.

-¿Eres claustrofóbico?- él asintió y su respiración se aceleró más...

-Mierda- exclamé para dejar de golpear e intentar ponerlo en pie- tranquilo, dame tus manos, dámelas- él extendió un poco sus manos y yo las tomé, las puse contra la pared y le pedí se apoyara y pusiera su cabeza entre sus brazos, como mirando al suelo él lo hizo de inmediato.

Honey PieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora