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Ese día no pude ver ni hablar con Stuart y lo de esa noche aún era tema predilecto de mi mente que se negaba a dejarlo ir, como si antes nadie me hubiese declarado su amor, pero esta vez era totalmente diferente.

Para el medio día mi madre llegó conduciendo su lujoso auto, saludando sonriente a mis tíos y a Oliver para después abrazarme con ternura y mucha nostalgia, era evidente que me había extrañado y ella parecía estar tan contenta y llena de luz, algo nuevo que no podía cuestionarle, de hecho sentí agrado hacia ella ahora que había dejado de lado todo el rollo del divorcio.

-¿Le darás una oportunidad?- preguntó Oliver intrigado, refiriéndose a si seguiría comportándome como si los odiase.

-Ya lo superé- contesté sonriente. Una vez en el auto mi madre condujo hasta un restaurant, uno de los más elegantes de Liverpool; entramos y nos sentamos en un lugar privado y discreto y me sorprendió que no pidiera una mesa sólo para dos.

-Te tengo una sorpresa- me dijo sonriente

-¿Qué cosa es?

-Oh, ahí viene- contestó sonriente y al mirar hacia donde ella pude ver a mi padre tan elegante, sonriente y guapo como siempre. Él le dedicó una sonrisa cordial a mi madre a quien halagó al verla tan hermosa y renovada, yo estaba tremendamente asombrada ¿cómo demonios se había logrado eso?

-Tu papá y yo, como sabes hemos formalizado el divorcio pero también hemos hablado mucho últimamente y pensamos que lo mejor para todos es llevar las cosas tranquilamente.

-Y no tendré que esperar un mes entero entre visitas tuyas. Así como tu madre te llevará pronto a...-dijo mirándola recordando que aún no debía decir cuál sería mi nuevo hogar -a otro lugar para rehacer su vida, yo me iré a la bonita Francia y allá podrás visitarme, tiene playas muy hermosas, sé que te encantarán.

-Bien supongo que sí, siempre es una buena opción.

-Vaya que sí, ¿Y cómo va todo? ¿Has hecho cosas nuevas en estos meses?- preguntó de nuevo interesado y yo enarqué una ceja, qué tanto no hice más bien; les platiqué sobre la escuela y opté por comentarles de mis recientes salidas con amigos y amigas, Oliver estuvo presente toda mi plática para dejar en claro que fue muy bueno conmigo. Y ellos de pronto comenzaron a recordar con ese absurdo cliché las aventuras en familia y lo embarazoso de mi infancia e intercambiaron opiniones sobre mis calificaciones y mi crecimiento personal y hasta ese momento pude escuchar lo que creí que jamás escucharía: Estamos orgullosos de ti. Y de pronto recordé una ocasión cuando Stuart y yo discutimos (cuando nos llevábamos mal) y sugirió que mis padres se avergonzaban de mí, en ese momento si estuviera presente le diría "Ja, en tu maldita cara".

La tarde transcurrió entre pláticas donde mis padres recordaron el momento en que comenzaron a darse cuenta de que el matrimonio no duraría más, vinieron reclamos y explicaciones y a final de cuentas las disculpas; el verlos pedirse perdón, ver a mi padre tomar la mano de mi madre con ternura y después darle un beso en la mejilla me alentó a dejar todo atrás, finalmente nadie entiende a los adultos y ellos estaban dispuestos a hacer las cosas bien por mí.

Me platicaron sus planes personales y en muchos me tenían presente, les pedí que fueran a casa de mis tíos para que convivieran con ellos y les dieran las gracias por mantenerme estable durante todos estos meses y así lo hicieron. El resto del día fue completamente familiar, Oliver se sentía feliz por mí al igual que mis tíos y todos ahí la estaban pasando realmente bien, incluso yo.

Al finalizar, ya bien entrada la madrugada, tal visita que terminaría en fiesta, mi padre se fue a su casa y mi mamá fue a su hotel, previamente invitándome a pasar la noche con ella y sin pensarlo acepté; llevé una maleta pequeña y cuando llegamos platicamos más, tomamos té y me ayudó a cepillar mi cabello antes de dormir. El siguiente día estuve toda la mañana y gran parte de la tarde con ella, haciendo compras, yendo a museos y recitales, algunas cosas estaban de más pero ella quería pasar todo el tiempo que le fuera posible conmigo y yo ya no tenía deseos de huir de su lado, no sabía qué demonios le había sucedido, pero me gustaba su nueva versión.

Honey PieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora