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Tomé mi bicicleta, el esfuerzo físico distraería mis pensamientos y además me ayudaría con la ansiedad y adrenalina que sentía en esos momentos, en momentos me maldecía y en otros trataba de convencerme de que no era malo todo eso, al final eran sentimientos. Al llegar a casa de George toqué la puerta, estaba aún acelerada físicamente por los nervios que sentía, la adrenalina y el miedo, él abrió la puerta.

-George

-Alison... ¿estás bien? pareces asustada ¿te hicieron algo?

-No...- no sabía qué decirle de pronto me quedé muda, él me invitó a pasar y me dijo que estaba solo, me senté en uno de los sillones y me ofreció agua, estaba temblando, él se sentó a un lado mío sin dejar de mirarme, yo lo miré de reojo e intenté tomar agua sin tirarla con el temblor que tenía en las manos; con su mano sobre las mías me quitó el vaso, lo puso sobre la mesa que estaba frente a nosotros.

-¿Qué tienes? me preocupas mucho, pareces alterada y no has dicho una sola palabra- respiré hondo y tomé valor para mirarlo a los ojos, quién diría que sería yo quien ahora temblaría frente a ellos.

-Tengo un gran conflicto George... y ese conflicto te involucra- él se sorprendió y parecía un poco asustado.

-¿Tan malo es? ¿Hice algo que no debía?

-No has hecho nada malo, la que tiene algo malo con su cabeza soy yo

-No entiendo Alison, qué tiene que ver tu cabeza y el conflicto conmigo

-¿En verdad no lo entiendes?

-No Alison, perdóname pero no- bajé la mirada, no quería decírselo porque sabía lo que el acto provocaría, pero tampoco podía callarlo.

-No sé por qué vine...

-Alison intento ayudarte, pero la verdad es que me toma por sorpre...

-Me gustas- no terminó su oración en cuanto escuchó lo que dije, me miraba incrédulo y lo miré, él seguía sin decir o hacer nada, tapé mi rostro y al pasar unos segundos que parecieron horas y él no dijo nada, me levanté para caminar a la salida.

-Alison... espera... ¿cómo es que...? La verdad no logro comprender... no sé qué decir

-George no creo que debas decir nada, no sé esto es muy extraño, tuve de pronto este horrible impulso, este deseo por venir y decírtelo porque al fin acepto que así es, me gustas, no sé qué hacer.

-Alison...- George me abrazó, acarició mi rostro y sin pensarlo lo besé, él indudablemente correspondió y fue el beso más tierno que pudiera haber experimentado, John me hacía estallar y George me derretía, era demasiada la ternura que sentía por él. Nos abrazamos, y salimos al patio para sentarnos un poco a tomar el sol y asimilar todo eso que acababa de ocurrir, lo miraba en ocasiones y él me miraba a mí, nos sonreíamos sin saber qué decir, era tan extraño que aceptara que me gustaban ambos pero decidiera declararle todo a George.

Sin embargo, con la mente más en calma pensé detenidamente las cosas y sentía una gran culpa, acababa de besarme en tiempo récord con dos chicos que casualmente eran grandes amigos: con John, de no salir a tiempo, casi termino enrollada y a George le había dicho incluso que me gustaba, ahora tenía miedo de que ambos hablaran de lo acontecido, podrían hacerse daño o decir cosas malas de mí.

-No debí hacer esto- me levanté de donde estaba y caminé hasta mi bicicleta, George me siguió a grandes pasos.

-¿Te arrepientes? ¿Por qué Alison? son sentimientos

-Porque no estoy segura George... no quiero causar conflictos

-Tienes miedo de que se enteren los demás ¿no es así?

Honey PieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora