#16

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De inmediato me vino a la mente George y me propuse ir a visitarlo así que fui hasta allá, vaya que tenía tiempo de no hacer tanto ejercicio de ese tipo, esperaba no estar apestando a sudor, aunque no era para tanto. En el camino pensaba mucho en tener suerte de encontrar a George y me surgió un miedo repentino a que no estuviera y como no quería perder el tiempo en ir y venir por nada, me detuve frente a una de las famosas casetas telefónicas y saqué mi pequeña libreta de direcciones y números para marcar a casa de George.

-¿Diga?

-¿George?

-Alison... Hola

-Hola George, no saldrás de tu casa ¿verdad?

-No, no tengo manera de salir

-¿Por qué lo dices?

-Está la familia de mi madre aquí y normalmente me aburro así que me hice el dormido para que no me obligaran a pasar el rato con ellos

-Ya veo, entonces con más razón debo ir

-Claro, sería genial, sólo avísame cuando estés cerca para atenderte en el patio trasero

-¿De qué lado queda tu habitación?

-Es la primera de la esquina del lado izquierdo si llegas por la calle de atrás, ¿por qué?

-Curiosidad... bueno, no perdamos más tiempo, voy para allá.- colgamos y pedalee lo más aprisa que pude hasta su casa, me extrañé de mí misma al ir sonriente y emocionada a ver a George, pero me justifiqué con que ahora éramos buenos amigos y ese sentimiento debía estar ahí.

Llegué a casa de George por la calle de atrás, me acerqué hasta su patio y até mi bicicleta en su barda, abrí y entré, admito que primero me asomé por las otras ventanas para conocer a su familia, y en efecto había un montón de adultos y uno que otro joven por ahí, supuse que eran sus hermanos porque se parecían entre sí y obviamente a George. Caminé hasta su ventana y toqué, él abrió.

-Alison...

-¿Me das permiso?- él se hizo a un lado y entré por la ventana, no era tan difícil.- tu familia es muy parecida entre sí...

-¿Te vieron?- preguntó preocupado

-No, me asomé por la otra ventana y fue como los vi- contesté divertida y él sonrió igual

-¿A qué se debe el honor?

-Estaba por ahí andando y me acordé de ti

-Qué linda, pero me da pena que vayas a aburrirte

-Estoy contigo, no podría aburrirme, podemos tocar la guitarra o escuchar algo por la radio en volumen bajo si prefieres

-Me agradan tus ideas...- decía un poco cohibido.

-Deberías tomar... asiento- dijo mirando su cama, sonreí y acepté su invitación

-Oye George

-Sí...

-Esa canción que cantaste ayer...

-Qué pasa con la canción

-No la había escuchado antes y me gustó, cantas muy bonito

-Quizá pienses eso por el vino que bebimos- ambos nos reímos

-Probablemente- contesté a la broma -gracias por cantar cuando lo pedí

-Por nada, me gusta cantar

-Ya lo sé...- nunca había puesto atención a la voz de George y era demasiado dulce y serena.

Honey PieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora