Honey Pie

#14

Todos tuvieron que remar lo más rápido que sus brazos les permitían, llegamos pronto a la orilla y bajamos para correr al auto, me sentía una prole por dejar toda la basura en el bote pero con tal tormenta era lo que menos importaba. Subimos al auto poniéndonos a salvo de esa repentina tormenta, Oliver no podía conducir así por lo que tuvimos que esperar a que bajara un poco la lluvia para poder irnos.

Ahí adentro comenzaba a sentirse calor y los vidrios comenzaban a empañarse.

-¿No crees que es este nuestro momento más romántico?- dijo John recargándose en el hombro de Stuart y nos reímos

-Hazte a un lado Winston

-Tienes razón, no vayas a sacarme un ojo con ese enorme miembro de burro que cargas entre las piernas- todos se rieron fuerte y Stuart estaba muy sonrojado, yo intenté no reírme para no hacerlo sentir peor

-Ya cállate- dijo Stuart aguantando la risa

-Qué bueno que seas modesto y no presumas aquel don que Dios te dio- seguían riéndose y Oliver encendió el aire del auto para que los vidrios no se empañaran y no tuviéramos tanto calor.

-¿Qué hora es?- pregunté en medio del silencio

-Las cuatro- dijo Oliver mirando su reloj de pulsera para después recargarse en el vidrio.

-Genial, hemos aprovechado nuestro tiempo... hasta ahora. Comienzo a aburrirme.

-Todos- dijo Oliver pues la lluvia no cesaba.

(NG):

Alison se acomodó como recostándose en el sillón y suspiró profundamente, parecía muy aburrida, de pronto me miró y miró mi brazo que estaba sobre el respaldo y lo siguiente que hizo fue acercarse hasta a mí y recargarse en mi hombro, yo voltee a ver a los demás quienes me miraban serios y solté una risita.

-Estás muy cómodo George, es raro siendo tan delgado- dijo Alison y los demás se rieron; la abracé con cautela para no parecer ventajoso y recargué mi rostro en su cabello, olía a vainilla.

-¿Y después de esto qué haremos?- preguntó John para desviar la atención

-No lo sé... ¿qué más quieren hacer?- preguntó Oliver

-Ni idea, además la lluvia no para- contestó Paul

-Canten alguna de sus canciones- dijo Alison aún recargada en mí

-No se me ocurre ninguna- dijo John y Paul parecía pensativo, Stuart miraba por la ventana y yo tenía la inspiración que el momento me daba.

-"You never wear a stitch of lace, and powder's never on your face, you're always wearing jeans except on Sunday. Oh please don't ever change, no don't you ever change..."- Sé que estaban sorprendidos por oírme cantar sin previo aviso, pero lo hice casi por instinto, incluso sentí la sorpresa de Alison pues ladeó un poco su cabeza para mirarme.

(NA):

George comenzó a cantar una canción que no había escuchado antes, tenía una linda tonada y una letra demasiado encantadora, y su voz, estando tan cerca de su pecho, sonaba tranquila y aterciopelada, en cierto momento sentí ganas de llorar, quizá se debía en parte al alcohol que habíamos ingerido, pero también quizá se debía a que esperaba escuchar alguna vez esas palabras hacia a mí, con honestidad, por conocerme y quererme como tal.

Cuando terminó de cantar todos aplaudimos y el soltó una risita, la lluvia cesó y al fin Oliver pudo conducir, al parecer ya estábamos algo aburridos y cansados por lo cual decidimos parar ahí, los llevamos a sus casas y durante el camino seguí recargada en George, tenía un aroma muy agradable y además descubrí que su cuerpo emanaba mucha calidez, pronto sentí sueño al invadirme una extraña paz. Les hice la promesa a todos de llamarlos (menos a Stuart porque no podíamos pasar cinco minutos sin discutir), ahora quería yo especialmente pasar un rato con cada uno. Cuando llegamos a casa Oliver y yo fuimos a dormir sin hablar de nada pues estábamos cansados.

A la mañana siguiente hice mi rutina matutina infaltable y mientras terminaba de cepillarme el cabello Oliver me gritó y bajé para saber qué se le ofrecía.

-Tienes correspondencia- dijo entregándome unas cartas, de pronto recordé que Sofía me mandaría las fotos que nos sacarían de dudas, así que casi le arrebato los sobres, subí corriendo a mi habitación y revisé cada sobre para saber cuál era el de ella; los primeros eran de mis padres y el último era de ella. Como sabía que ella compartiría cualquier momento parecido conmigo decidí llamarla.

-¿Sí?

-¡Sofi! Hola

-Hola Alison... ¿te llegó mi carta?- ella también tenía urgencia por saber, al parecer

-Sí aquí la tengo

-¿Y se trata de la misma persona?

-Aún no lo sé, es lo que estoy por ver

-¿Y para qué me llamaste?

-Ah, pensé que querías compartir el momento, pero si no es así te llamaré en cuanto pueda- dije ofendida

-No, no, no Alison, lo siento, es que me pareció extraño- yo me reí malvada

-Ya lo sé mensa, no soy tan mala

-No seas cruel, porque sentida ya sé que eres

-Ya, ya... ¿estás lista?

-Sí...- ambas nos quedamos ensilencio, respiré hondo y comencé a abrir la carta con cuidado y cierta prisa,no quería arruinar las fotos pero tampoco podía con tantas ansias comiéndome viva, Sofía estaba igual que yo pero no decía nada para que yo no hiciera la estupide zde arruinarlo.