Capítulo 2: Es lo que ellos piensan...

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Mientras caminaban por los abarrotados pasillos, llenos de niños y adolescentes de todos los rincones de la Antigua Tierra, 027 reflexionaba sobre su vida anterior. En realidad, no reflexionaba, sino que trataba de recordarla. Allí dentro no solo les robaban su identidad; por si eso no fuera poco también les robaban sus recuerdos. Lo único que podía decidir si eran santos o asesinos, normales o experimentados. Sus recuerdos. Porque a ellos lo único que les importaba eran las aptitudes de cada uno de los aprendices de Guerrero. El resto les daba igual.

La chica había tenido suerte, al igual que sus compañeros de sección. Si no la hubieran elegido, no estaría viva en ese momento. Ninguno de ellos.

«Por supuesto que sí» dice la voz positiva de su cabeza.

«Por supuesto que no» le contradice la voz negativa de su cabeza.

El aroma de la comida empieza a inundar los corredores, lo que permite a los chicos caminar un poco más rápido. Pero, a pesar de sus esfuerzos, pronto se queda atrás, junto al resto de experimentados que eligieron que les amputaron un pié.

A veces no podía evitar arrepentirse de ésta decisión, pero no podría haberlo evitado. Al menos, ella podía usar las dos manos. Eso era un alivio, por supuesto, pero una de ellas estaba restringida para usar el bastón. Al menos les permitían usar ésas tabletas electrónicas tan extrañas y algo anticuadas, cuando tenían tiempo libre. Con un poco de suerte, las muletas que había pedido por esa sospechosa y poco fiable tienda digital llegarían mañana. Tendría que apañárselas con su bastón de madera por el momento.

---¡027!---le llamó una voz detrás suya. La chica se volvió con cara de sueño. Era 031, por supuesto. A su lado estaba una chica de pelo corto, de color blanco y ojos negros. Debía de ser 001---. 027, por fin te encuentro. ¿Vienes a sentarte con nosotros?

031 parecía muy cansado, más de lo normal. Las torturas psicológicas a las que le sometían la Legión cada noche normalmente le dejaban exhausto. Pero, esta vez, debajo de su expresión abatida, había una pequeña sonrisa de orgullo. Parecía que por fin habían dado con algo, después de tantos meses.

---Claro que sí---contestó 027 con una pequeña sonrisa---. ¿042 ya está allí?

---Examen físico---murmuró 031 haciendo una mueca---. Aún no han descubierto sus habilidades.

La chica de pelo negro se paró, sorprendida. Hacía ya semanas que a su compañera, la más pequeña de toda la Sección Polilla, le sometían a exámenes y pruebas de todo tipo para averiguar sus habilidades. A los aprendices les parecía algo cruel que a los niños recién llegados tuvieran que someterse a la Prueba, pero no podían hacer nada. En una ocasión, incluso habían tratado de quejarse, en vano.

---Pero sólo tiene once años...---protestó 001 con el ceño fruncido.

---¿Crees que eso les importa?---respondió 027 mirando al suelo.

---Piensan que es especial, ya lo sabes---le contestó 031 encogiéndose de hombros---. No parece tener habilidades físicas, pero puede ser que tenga habilidades psicológicas---Con una pequeña pausa en la que se pone a mirar un punto concreto a su lado, el chico empezó a correr más rápido---. ¡Hey, Syli, no corras! ¡Vuelve aquí!

La chica cojeó tras su amigo, que parecía estar empeñado en seguir a su espectro. Ya le había pasado otras veces, claro que sí. Cada uno de los sujetos habían atraído la atención de los Guerreros Makarun por alguna razón en particular. Por eso estaban allí, ya sea habilidades mentales, físicas, psicológicas o cualquier cosa que les hiciera "superiores" al resto. Pero en el contrato no ponía nada de los entrenamientos y las torturas, ¿verdad?

Juego de Héroes: Máscaras Negras [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora