Capítulo 9: ¿Es esto un secuestro?

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Zack miró hacia el suelo con sus ojos castaños llenos de lágrimas. Un pequeño reguero de sangre corría por su frente, no había sido lo suficientemente rápido para esquivar a uno de los mejorados. Pero eso era lo de menos. Zoe estaría a salvo por fin, y todo ello sería gracias a él.

---Sabes perfectamente que éste no era el plan---dijo una voz a sus espaldas.

El chico se volvió, alarmado, para encontrarse con los oscuros ojos negros de Kayla, que le miraba con una mueca de desaprobación en su cara. Con un suspiro, Zack se relajó de nuevo y frunció el ceño.

---Pero no ha salido mal, ¿no?---bufó el joven apartándose el pelo mojado de la cara---. Ahora Zoe está a salvo.

Ambos chicos miraron al suelo de nuevo.

---¿Y quiénes son los otros dos?---preguntó la chica agachándose para tocar con los dedos el pelo de 027.

Zack los miró, confundido, como si no supiera nada de los otros. Como si acabara de despertarse de un sueño profundo, el chico parpadeó lentamente y estudió las caras de los jóvenes inconscientes con tranquilidad. Al notar su silencio, fué Nio quien contestó a través del comunicador.

---Blake Har-Harper y C-Colt White, C-clan del Eco y... Y Clan del... del Su-Sus-surro---murmuró el chico con voz entrecortada---. Al... Al parecer, sus fa-familias les... les vendier-ron a la Le... Legión.

---¿Que les vendieron a la Legión?---preguntó la chica, con los ojos como platos---. ¿Por qué demonios harían eso? ¿Qué clase de padre...?

Kayla dejó la pregunta en el aire, pero no era necesario añadir más. El chico sabía perfectamente a qué se refería. Todos en los clanes sabían que los chicos que vivían en las calles eran abandonados, no existían en el sistema. Algunos eran huérfanos, otros eran dados de lado por sus familias. La respuesta del por qué era sencilla: Ninguno de ellos quería problemas. Y los niños y jóvenes que nacían con poderes eran peligrosos. Una amenaza. Y por eso debían ser eliminados.

---A Colt le conozco---susurró Zack mirando a los ojos a su compañera---. Me acuerdo que... desde que era pequeño, le gustaba experimentar y saber cosas nuevas. No le gustaba comer carne, se negaba a ver sufrir a alguien... Desapareció cuando tenía cinco años, creo.

---¿Cuando tenía cinco años?---exclamó Kayla, extrañada---. Pero, entonces...

---Se acordaría de nosotros---murmuró el joven, pensativo y extrañado---. Lo sé.

El comunicador de Zack vibró de nuevo. El suave sonido de unas páginas de un libro antiguo rasgándose y rozando contra una mesa de madera llenaron el aire. Nio seguía buscando información, al parecer. Los archivos de los clanes siempre habían estado ahí, no demasiado escondidos pero tampoco a simple vista, sólo para aquellos que pertenecían al grupo.

---És... Ésto me pa... parece muy raro, Z-zack---gruñó Nio, con un leve tono de enfado en su voz---. Sa... Salid de ahí. A ell-llos dos po... podéis llevarlos a-al clan, pero na-nada de inter... interf... interferrencias. El plan era res-rescatar a Z-zoe. Nada más.

---¿Ella está a salvo?---preguntó el chico, con algo de nerviosismo en su voz.

Silencio. Silencio. Silencio. Zack repitió la pregunta, temiendo que algo malo pasara. Una gruesa gota de sudor corrió por su frente al averiguar las posibilidades. No debía haber interferencias en el plan, lo sabía... Todo aquello era culpa suya. Silencio. Silencio. Silencio.

---Pí... Pícaro y Félix l-la han sacado d-de ahí---aclaró Nio---. S-sí, está... está a salvo. Corto.

Detrás suya, Kayla suspiró con alegría. Seguramente se habría esperado que su desastroso plan les hubiera llevado a todos a la muerte, o peor, al fracaso. Aunque quizás sería peor haber sobrevivido. Al clan no le gustaría aquello.

Juego de Héroes: Máscaras Negras [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora