---No me esperaba esto...---murmuró Atlanta, mirando de soslayo hacia sus dos compañeros.
Sentado en el suelo de la biblioteca, el extraño lugar de reunión que Hunter había decretado para concretar la gravedad del asunto, Nio no podía parar de mirar de un lado a otro hacia los Jefes, que discutían en voz baja la situación. Su lechuza, Ada, se había quejado ante la falta de comida, y su dueño no parecía poder esperar el momento para soltarla en el jardín. Pero debía ser paciente y esperar, como todos.
A su alrededor, tras el llamado que había convocado Hunter, la sala se iba llenando poco a poco de gente.
Por el rabillo del ojo, el chico pelirrojo podía vislumbrar cómo su compañero Zack se paseaba de un lado a otro, nervioso. Sus ojos castaños se paseaban con tranquilidad por la sala, pero el fuerte latido de su corazón (que su lechuza Ada era capaz de escuchar) indicaba lo nervioso que se encontraba. Al menos había hecho todo lo que estuvo en sus manos. Había tratado de protestar, no le habían hecho caso. Había tratado de explicarse un poco, le habían ignorado. Así que sólo le quedaba esperar.
No se podía decir lo mismo de Pícaro, claro. El pobre chico estaba al borde del colapso en cuanto Dixon y Hunter habían hablado con él. Pero cuando salió de la Sala de Armas (ahora que Nio se daba cuenta, era un lugar un poco extraño para mantener una conversación de tal nivel de seriedad e importancia), el joven parecía mucho más tranquilo.
Nio quiso preguntarle qué había pasado, al igual que Zack, Zoe y Kayla, pero uno de los jefes le hicieron callar con una simple mirada. Pícaro se encogió y cerró la boca, nervioso, y Nio se sintió peor que nunca. Sin lugar a dudas, algo en su amigo había cambiado.
---Bueno, vale, esto es algo inesperado---comenzó Dixen, rascándose la nuca, nervioso---. Vale, para empezar...
---Para empezar, vosotros cuatro, no deberíais haber salido sin autorización---Al ver que Kayla estaba a punto de protestar, Kat alzó las manos, haciendo silenciar la sala al instante---. Nada de peros, joven Firk. ¿Salisteis sin autorización o no?
Zack bajó la mirada, nervioso, y murmuró algo incomprensible. Uno de los chicos (Nio no estaba seguro de cuál, eso ahora daba igual), carraspeó, indicando al aprendiz que alzara la voz.
---Sí, admito que salimos sin autorización---Kat enmarcó una ceja, pero el joven líder del grupo continuó hablando---. Admito que deberíamos haber pedido permiso, que deberíamos haber avisado a alguien de mayor autoridad---Zack miró de nuevo a sus compañeros---. Pero lo hemos conseguido, nuestra misión ha tenido éxito, hemos traído a mi hermana y a Colt de vuelta---detrás suya, Nio parpadeó, sorprendido. Podía sonar estúpido, pero se había olvidado completamente de que Zoe era la hermana de Zack---. Y hemos vuelto todos vivos. Yo creo que... Éso es lo que importa.
Hunter les miró seriamente, pero no parecía demasiado enfadado ahora. Se veía, más bien, algo sorprendido. Sus ojos ambarinos brillaban, quizás de furia, quizás de orgullo. Nio no lo sabía, nunca había sido demasiado bueno leyendo emociones. Pero Ada, su lechuza, se veía satisfecha. Con un arrullo que parecía decir "Todo está bien", su pequeña mascota erizó sus plumas lentamente antes de echar una cabezadita.
---Bien---murmuró Dixon, con una pequeña sonrisa en su cara---. Creo que haber perdido a tu hermana, Zack, ha sido castigo suficiente durante los últimos siete años. Así que no te irás del clan---El chico suspiró, aliviado---. Sin embargo, estarás en fase de prueba de nuevo. No podrás salir del callejón, sólo podrás ir a ocupar tu puesto por las noches, y te ocuparás del entrenamiento de los nuevos aprendices---Dixon miró también al resto del equipo, que guardaron silencio al instante---. Vosotros tres tendréis que ayudarle. Pedidle a Félix que ayude también, creo que será una buena experiencia para él.
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Juego de Héroes: Máscaras Negras [COMPLETA]
FantasyTras los muros de una oscura prisión, tres jóvenes tratan de luchar contra el destino para el que son entrenados: Destruir el mismo mundo que les entregó sus habilidades. Para ello, tendrán que forjar peligrosas alianzas, arriesgándose a sufrir trai...