Juego de Héroes: Máscaras Negras [COMPLETA]

Capítulo 11: No hemos terminado

Cuando Zoe terminó de contarle a su supuesto "hermano" qué era lo que le había sucedido los últimos años entre la oscuridad de los muros de la base, el cielo ya estaba clareando. Zack había escuchado su relato algo impaciente, habiendo preguntas sin parar e interrumpiéndola, pero su compañera Kayla había sabido ponerle en su sitio como era debido. La chica no confiaba demasiado en ella todavía, pero Zoe pensaba que éso era normal: Al fin y al cabo, hace unas pocos días su misión había sido aniquilarlos por completo.

El grupo observó el amanecer en silencio, cada uno de ellos absortos en sus propios pensamientos. Pero Zoe quería saber. Saber sobre los clanes, sus orígenes, sus costumbres. Saberlo todo de aquello que le habían arrebatado cuando era sólo una niña. Así que, decidida a acribillar a Zack a preguntas, la niña se volvió hacia él.

---Zack---comenzó, acariciando a su gato Menus, que al parecer le había seguido hasta allí---, ¿puedo hacerte una pregunta?

---Bueno, es evidente que ya la has hecho---murmuró Zack, afilando su pequeño cuchillo contra una piedra---. Pero puedes hacer otra más si quieres.

Zoe hizo una mueca que pretendía ser una sonrisa. Todavía no estaba acostumbrada a los cambios de humor del joven, pero al parecer su equipo sí. Pícaro, que estaba practicando su puntería contra la arena con una pequeña pistola, se volvió hacia ellos con una sonrisa antes de continuar con su tarea.

---¿Qué puedes contarme sobre los clanes?---preguntó la niña, desviando su atención hacia Zack otra vez.

El joven parecía sorprendido, pero, al tratar de sondear sus pensamientos (era la primera vez que lo hacía desde que salió de la base) se encontró con una absoluta ilusión y esperanza, como si se esperaba que se lo preguntase.

---Bueno---murmuró el chico, con los ojos brillantes---. Estoy seguro de que puedo explicarte algunas cosas. No soy el mejor hablando de esto, pero si tienes dudas, siempre puedes preguntarle a Crystal, cuando lleguemos al clan. Seguro que ella puede hablarte de eso.

---¿Quién es Crystal?---preguntó Zoe.

---Una compañera que estoy segura que te estrangulará con sus propias manos nada más llegar---gruñó una voz a su lado.

Zack gritó, sobresaltado, y se dio la vuelta para enfrentarse a la mirada de Kayla, que les miraba apoyada cerca de los arbustos.

---Me había olvidado que estabas aquí---exclamó el chico, con la respiración acelerada.

---Me fui a dormir---gruñó su compañera, con la cejas levantadas---. No tengo más sueño

---Pues deberías seguir durmiendo---murmuró Zack, evidentemente disgustado.

---Y tú deberías seguir vigilando---contraatacó Kayla, acercándose y sentándose a su lado---. Ése era tu trabajo, ¿no es así?

Zack soltó un resoplido, pero no protestó ni intentó echarla de allí. Tampoco se fué, lo que estaba bien. Zoe miró a la recién llegada con curiosidad. Los ojos negros de la chica brillaban como carboncillos encendidos, como si todo el fuego de un volcán se vertiera sobre sus pupilas, parecía muy fuerte. Al ver que su hermana la observaba, Zack la miró también durante unos segundos y le echó la lengua, un gesto perfectamente maduro para personas de su edad.

---No estamos en el clan---gruñó el chico.

---Entonces, según las reglas, yo no tendría que estar durmiendo tampoco---se burló Kayla, mirándole fijamente con una mueca---. Bueno, ¿vas a contestarle a tu hermana o lo hago yo?

---Ya voy, mecherito---bufó Zack, llevándose las manos a la cabeza. De pronto, Zoe se dió cuenta de lo cansado que parecía, como si hubiera estado entrenando, luchando y corriendo durante varios días seguidos---. Bueno. Bueno. Como dije, intentaré explicarte algunas cosas. Pero no quiero interrupciones, ¿entendido?---La niña asintió con la cabeza, lo que hizo que Zack se relajara un poco---. Bueno. Según los archivos de los portátiles y tabletas electrónicas de la base, los clanes se formaron cuando la Legión empezó a atacar a los pequeños grupos de mejorados y las familias. Familias inocentes, ¿entiendes? Necesitábamos una forma de protegernos.