---¡Arriba, Blake!---gritó una voz, entre la brumosa oscuridad de la habitación---. Hay demasiadas cosas que hacer y ver, lirón dormilona. ¡Despierta!
La chica de pelo castaño abrió los ojos, parpadeando algo confundida por la falta de luz. Seguía teniendo sueño. Mucho sueño. Quería seguir durmiendo, le dolía la cabeza. Además, no era capaz de reconocer del todo la voz de quienquiera que se encontrara en su habitación de la Legión. Así que que la dejara en paz.
Blake se miró la muñeca, y se extrañó mucho al no poder vislumbrar el reloj que siempre llevaba sujeto en su mano izquierda. ¿Se le habría caído? No era posible, pues en todos aquellos años no había visto a nadie que lo hubiera logrado por voluntad propia.
Aún con los ojos cerrados, la chica pudo escuchar un... ¿Chapoteo? ¿Qué estaba pasando allí? ¿Dónde estaba? Además, era imposible que ninguno de sus compañeros de sección se hubiera despertado por el alboroto que se estaba armando en su... ¿Cuarto?
Parpadeando, profundamente sorprendida, Blake abrió los ojos por fin. No estaba en la pequeña, diminuta e incómoda habitación de la Legión. Era un cuarto extraño, lleno de literas viejas y algo oxidadas. Extrañamente, el suelo estaba cubierto por agua. En las extensas esquinas de la enorme habitación, reposaban varios armarios, quizás diez, aparentemente llenos de ropa o armas. Su cama, la litera de arriba que estaba cerca de la puerta, estaba algo revuelta, y la chica parpadeó una vez más.
Había alguien en el suelo, una chica que Blake no había visto nunca antes. Tenía el pelo muy corto, negro, y sus ojos poseían un tono azul cielo, un poco antinaturalmente brillante. La niña (que ella no conocía) se le quedó mirando con curiosidad mientras Blake bajaba de la litera hasta el suelo, con sus enormes ojos fijos en ella, pero no dijo nada. Su nariz, algo roja y sucia, le daba un aspecto algo enfermizo, como si la chica siempre estuviese resfriada, pero sus ojos brillaban. Una extraña combinación.
---¡Hola!---dijo la chica, con una voz algo grave para su edad. Tras sorber con la nariz, continuó hablando; las palabras salían de su boca a una velocidad comparable a la de una locomotora nueva---. ¡Me llamo Ruby! Eres una de los chicos nuevos, ¿verdad? Los que llegaron anoche.
Blake parpadeó, confundida por la extensa energía que Ruby emanaba. Estaba cansada, y la activa y atropellada voz de la joven era difícil de seguir. Apenas era posible entender algo de lo que decía, pero, tras analizar lo dicho por unos segundos, ante la mirada ansiosa de la chica, Blake pudo hablar:
---Esto... Sí. Sí, la verdad es que... ¿sí?---gruñó, esperando que Ruby captara la indirecta y le dejara sola---. Mi nombre es Blake, supongo. Disculpa, me duele un poco la cabeza.
Ruby parpadeó, pero no parecía en absoluto ofendida.
---¡Por supuesto!---chilló la chica, con los ojos brillantes---. ¿Tienes hambre? Si quieres, puedes venir conmigo a desayunar.
---Espera, espera...---murmuró Blake, sujetándose la cabeza. Le costaba mucho ordenar sus pensamientos en ese momento---. Necesito... Agh. Necesito respuestas, ¿entiendes?---Blake dejó de tocarse la frente, y, tras una pequeña pausa, empezó a acribillar a su supuesta compañera de cuarto a preguntas---. ¿Dónde estamos, quién eres? ¿Por qué no recuerdo casi nada? ¿Hay comida? ¿Por qué está el suelo lleno de agua?
Ruby se le quedó mirando, emocionada. Éso molestó a Blake, que no se sentía precisamente alegre. Necesitaba respuestas, muchas respuestas.
---¡Woah, ésas son muchas preguntas!---chilló la chica, emocionada. Se la había pasado contando las preguntas de Blake con los dedos, para no perder la cuenta---. A ver... Estamos en la habitación número 3, en el edificio central que alberga a todos los chicos del clan. Hay varias habitaciones más, en total son cuatro---Blake se sorprendió, no se esperaba que aquél ruinoso edificio fuera tan grande---, pero otra es para los chicos y las otras dos para los jefes del clan---Ruby soltó una risita, divertida---. A veces allí se albergan también los niños que necesitan vigilancia, con problemas de soledad o... Los castigados.
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Juego de Héroes: Máscaras Negras [COMPLETA]
FantezieTras los muros de una oscura prisión, tres jóvenes tratan de luchar contra el destino para el que son entrenados: Destruir el mismo mundo que les entregó sus habilidades. Para ello, tendrán que forjar peligrosas alianzas, arriesgándose a sufrir trai...