El cálido sol estaba saliendo sobre el horizonte para cuando Colt logró situarse en su puesto, cerca de uno de los callejones más peligrosos de Alen, donde los rebeldes iban a entrenar si sentían que las prácticas no eran lo suficientemente reales. Era la primera tarea que le encomendaban a solas, así que el chico esperaba que no ocurriera ningún problema demasiado grave mientras duraba su guardia.
Su trabajo no era demasiado complicado, pero requería concentración y paciencia. Lo único que debía hacer era vigilar las concurtidas calles antes de comunicar a Hunter, que se encontraba en la sección este de la ciudad, cualquier imprevisto que sucediera y tratar de solucionarlo, (si podía, claro) por su cuenta. Así que, obviamente, nada de distracciones.
Desde su posición, el chico escuadriñó la ciudad a sus pies. Podía ver las calles, desde la avenida S hasta la Z, los edificios, los callejones. Como Zack le había enseñado hacía unos meses, Colt sabía que la tarea de un vigía era muy importante, tan importante como cualquiera. Su misión era mantener segura la ciudad, el clan, su familia. Éso era lo único importante. Podía verlo todo, se sentía como un poderoso halcón sobre la sangre de su presa. Se sentía bien.
Durante varias horas, no tuvo demasiado trabajo que hacer. Vigiló la ciudad, dio varias vueltas a la manzana en busca de amenazas, incluso le dió tiempo a bajar un par de veces por las cañerías del edificio para ayudar a los transeúntes que caminaban sin rumbo alguno, como si fueran robots. Cosas no demasiado importantes, más bien trabajillos que cualquier aprendiz de su rango podía hacer: rescató a un gato de un árbol, ayudó a un hombre contra un desconocido que había tratado de atacarle, dió instrucciones a una señora para llegar a una tienda del centro. Los conocimientos que necesitaba para tales trabajos los sabía porque se había pasado los anteriores meses estudiando cada uno de los planos de la ciudad: Conocía cada calle, tienda, callejón y edificio que él y los demás vigilantes cuidaban.
Además, no tenía por qué preocuparse porque los ciudadanos conocieran su identidad: Nadie le reconoció por la máscara que llevaba sobre los ojos. Siempre era mejor ser precavido. El vigilante no hizo gran cosa durante todo el día aparte de ésto, como ya sabía, recados sin importancia. Pero se sentía bien, como si todo su entrenamiento recayera en ése mismo momento, entre aquellas calles. Como si todo lo que había conseguido por fin diera sus frutos.
Tras dar su trabajo por hecho, mientras el sol empezaba a descender lentamente, el chico notó una pequeña vibración en su cinturón. La pantalla de su comunicador, que se encontraba colgado en su pantalón, estaba encendida.
---Colt, repórtate---habló la voz de Zack por el comunicador. Colt palpó su cinturón hasta agarrar con su mano metálica el pequeño aparatito.
---Todo tranquilo por aquí---susurró el chico, conteniendo un bostezo---. Un par de personas saliendo de sus casas, algunos atascos matutinos... Lo normal.
---Nada de distracciones, Vigía Oeste---gruñó la voz de Hunter, que todavía no se fiaba del todo de él---. Necesito que vengáis, los dos, a la calle S-1. Es importante, nos encontraremos allí.
Colt sintió como se le erizaban los vellos del cuello. Las últimas semanas, con la ayuda de Hunter y Zack, el chico había aprendido todos los secretos de la ciudad, cada una de las salidas de escape, callejones escondidos, puntos ciegos y liosas bifurcaciones. Habían empezado a ocurrir problemas graves, serios, que involucraban a todos los clanes. Asesinatos, en su mayoría.
Entretanto, Zoe entrenaba con sus armas de forma incansable, y Blake... Blake, al haber sido asignada como curadora, pues sus habilidades no servían precisamente para el combate, aprendía todo lo que debía saber sobre los demás clanes, sus costumbres, sus modos de lucha, sus estrategias. Se había pasado las horas en las que no estaba entrenando o patrullando encerrada en la biblioteca, estudiando y analizando su habilidad de crear luz, si servía para algo más.
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Juego de Héroes: Máscaras Negras [COMPLETA]
FantasyTras los muros de una oscura prisión, tres jóvenes tratan de luchar contra el destino para el que son entrenados: Destruir el mismo mundo que les entregó sus habilidades. Para ello, tendrán que forjar peligrosas alianzas, arriesgándose a sufrir trai...