SERIE MANADA NÓRDICA 1: La Luna Prohibida *Finalizada*

3. Y ella se hizo una Volkov.

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ROXANNA

¿Es normal querer hacer lo correcto aunque suene incorrecto?

— Qué es lo que sucede?

Víctor me saca de mis pensamientos y lo miro a sus ojos platinados, escuché que los lobos no eran de preocuparse salvo por su manada por lo que es extraño que se comporte así. No me siento cómoda con esto, no por ser lo que soy he visto la necesidad de entregarme a un extraño, sé que la seguridad de Abigaíl es lo primero, pero no es así con quien quiero estar con un hombre al que no se verdaderamente como es.

Aún no olvido David sin importar que Uriah haya revelado cosas de las que desconfío, conociéndolo como lo hago estoy muy segura que pueden ser inventos de él para hacerme sentir muy mal.

Abigaíl te necesita y no la puedas dejar sola.

Mi mente reacciona, respiro pesadamente y miro detenidamente a Víctor.  Debo dejar mi corazón a un lado y cumplir porque Uriah no dejará de hacer daño a los que más quiero en esta vida. Lo que pase en la noche será para su beneficio, pero no estoy dispuesta a darle el poder que pretende tener, no pienso apoyarle a destruir lo que sea que tenga en mente.

Y la decisión está tomada.

Necesito aprender a jugar al ajedrez, voy a tomar los riesgos y si la muerte me acompaña con gusto la seguiré porque no tengo nada que perder.

Yo niego con la cabeza y lo miro triste. —Es que hay algo que debe saber... —Dejo a un lado aquello para pensar en cómo debo llamarlo y me doy por vencida — ¿Cómo debo dirigirme a usted? ¿Señor? ¿Alfa? ¿Alteza? ¿Excelencia?

Y él solo sonríe, por todas las hadas celtas porque tiene que ser lindo.

Lindo no es suficiente, es de verdad muy atractivo. 

— Con que me llames Víctor estaré dichoso.

Yo suspiro y miro algo intranquila. — Hay algo que debe saber, Víctor.

— ¿Qué debo saber?

—No soy... —Busco la palabra con ingenuidad, no soy profesional en estos temas sobre relaciones íntimas de hombres y mujeres.

— Dímelo con confianza que lo tomaré con bien, Roxanna.

Yo suspiro con pesadez. —No soy virgen.

Él abre la boca y luego me mira sin expresión alguna, me desconcierta porque no sé describir qué es lo que pasa por su cabeza, si está abrumado, asombrado o enojado.

—Debo ser honesto de una buena vez contigo —me dice con toda la seguridad —. Cuando Uriah me habló de ti contó algunas cosas que a cualquiera le daría vergüenza y coraje.

Yo sólo miro preocupada ¿Qué será lo que habrá dicho Uriah?

— Créeme que si a mis hermanas Tatiana y Victoria le hubiese pasado lo mismo yo mismo hubiera movido cielo y tierra por encontrar al tipo y hacerle pagar la ofensa. —El se muestra muy enfadado —Yo odio a los hombres que atentan contra las leyes de honorabilidad en una mujer.

No sé de qué habla y le miro muy curiosa: — ¿Podría explicar un poco sobre de lo que está hablando?

—Uriah me dijo que siendo más joven fuiste mancillada.

Abro mi boca y escojo entre seguir con semejante mentira o decir la verdad, pero el lobo que tengo delante de mí no es más que el jefe de toda una Bratva Volkov como se les menciona en todos lados. Víctor tiene poder como destruir sin mover una mano a cualquiera, muchos saben que hacerle enfadar significaría el fin definitivo de sus vidas o vivir el infierno con muchas penurias.