chapter 8

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"¿Por qué faltaste a clases
hoy?"

"¿Qué te importa?"

"No seas así, estoy preocupado
por ti."
"No sé qué pasó ayer, y
probablemente no quieras
decirme, pero quiero ayudar."

"Exactamente, no quiero
decirte, así que no molestes."

"Tus amigos también están
preocupados, no contestas
las llamadas de nadie."

"Un día sin mí no los matará."

"Pues parece que a todos
los demás sí."
"Literalmente no sabían qué
hacer además de hablar de tu
ausencia."
"¿Qué nunca faltas o qué?"

"No."

"Ah."
"Hey, una pregunta."

"¿Qué?"

"¿Quieres ir por un helado?"
"Me gusta más comerlo en
clima frío, pero pensé que tal
vez a ti no y hay mucho sol,
así queee"
"¿Qué dices? :)"

Leyó el mensaje para luego dejar el celular sobre su escritorio. Se frotó los ojos con sus palmas, en un signo de cansancio.

Aún se sentía considerablemente débil. Sus ojos lucían y se sentían cansados, como si no hubiera parado de llorar desde lo que pasó —aunque, prácticamente, fue así—. Incluso sentía cómo sus piernas flaqueaban un poco cada vez que se paraba, y probablemente era sólo sugestión, pero el cinto era que se sentía fatal.

Y otra de las cosas que lo había atormentado a lo largo del día era que quería comer frituras, y eso era ,básicamente, inaceptable. A causa del aburrimiento por faltar a clases y no tener a nadie en casa para platicar, su estómago había empezado a pedir algo más que su té con limón y tostadas de desayuno, y se había topado al instante con chips de todo tipo.

Diet, dance and love » CashtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora