Calum es simplemente perfecto.
Todo lo que hace es con completa delicadeza, firmeza y elegancia.
Camina de puntillas, nunca se encorva.
Practica ballet desde los seis años y su vida es completamente disciplinada. Tanto como en los horarios para hace...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
10:24
Picó un pedazo de manzana verde con su pequeño tenedor, arrastrando algunas hojuelas de avena junto a la fruta. Suspiró de nuevo, cansado del silencio de la mesa a pesar del bullicio en la cafetería en general. Levantó la cabeza en dirección al castaño, quien también se encontraba picando su bandeja de comida, triturando algunas papas y volviéndolas una especie de puré junto a los aderezos. Desagradable.
—Ash— llamó soltando un quejido a la par—. ¿No vas a hablarme en lo absoluto?
El contrario lo miró brevemente, sin ningún tipo de expresión en sus brillantes ojos—: Simplemente no se me ocurre nada.
—Prometiste que me perdonarías— farfulló, con intención de que no lo escuchara pero a la vez sí. Picó otro pedazo más de su merienda con fuerza.
—Creo que ése es el problema— bufó también, negando con la cabeza por el comportamiento de Calum. Miró a otro lado, y mientras movía sus piernas en signo de ansiedad, la campana sonó. Se levantó de forma rápida, antes de cualquier otro estudiante—. Nos vemos después.
20:43
—No lo entiendo, ¡no es justo, Liv!— pateó con delicadeza una pequeña piedra frente suyo, suspirando—. Él lo prometió, y ahora ni siquiera quiere saludarme. Estoy intentando también, tratando de que pasemos más tiempo a solas, ignorando las miradas de los demás, ¿qué más puedo hacer?— mordió la uña de su dedo pulgar, quitando el esmalte de a poco.
Liv bufó de forma burlona, cruzándose de brazos mientras miraba de forma incrédula al morocho—: ¿Qué mierda estás diciendo?
Calum soltó un sonido de interrogación, confundido por el tono de voz de la chica. La miró de vuelta, y alzó una ceja.
—Lo engañaste, Calum— soltó, pronunciando las palabras de manera lenta—. Un beso, sí, no gran cosa, pero no sé qué te pasó, o en qué estabas pensando según lo dices, pero sigue siendo lo que es— miró al frente de nuevo, con su ceño totalmente fruncido—. No debiste hacerle prometer algo que no era justo. Él tiene todo el derecho de estar enojado... Incluso tal vez quiere dejarte, pero ese estúpido acuerdo lo tiene ahí a tu lado.