Capitulo 21. Ya me voy

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A la mañana siguiente me desperté en una habitación muy grande, con una cama de matrimonio y las paredes blancas, no era mi habitación. Creía que la noche de ayer había formado parte de una horrible pesadilla, pero no, no lo había sido. No sé cómo agradecerle a Marcos y Marco lo que hicieron ayer, y más aún a Marco que me dejó quedarme en su casa.
Llevo puesto el pantalón de chándal y la camiseta Nike que me dejó anoche para que pudiera dormir cómoda. Me miré en el espejo del cuarto de baño que había en la habitación, me lavé la cara y me peiné un poco. Me puse mi ropa y mis zapatos y bajé abajo. Estaban Igor y Gilberto. Qué vergüenza.
-Buenos días, Marta -me dijo Igor.
-Buenos días -le contesté.
-Uy, no sabía que estabas aquí. No me malinterpretes, cielo, no me molesta, pero no lo sabía -me dijo tierno. Este hombre es un encanto. Cuando dijo la primera parte Igor le miró mal, él se dio cuenta y se corrigió así mismo.
-No te preocupes, te he entendido -dije sonriéndole tierna también- Estoy aquí porque ayer en la discoteca tuve un problema y Marco me ayudó. Tienes dos hijos encantadores.
-Lo sé -dijo sonriendo mirando a Igor. Marco no estaba.
-¿Sabéis donde está Marco? Es que me gustaría despedirme de él antes de irme y darle las gracias por todo.
-Está hablando con Marina en el jardín -dijo Igor rodando los ojos, creo que no le cae muy bien- desayuna con nosotros y haces tiempo mientras que viene.
-Está bien -dije y me senté con ellos a desayunar. Son súper amables. Marco no tardó en llegar a la cocina, donde estábamos.
-Bueno Marco, muchas gracias por todo, yo ya me voy -le dije levantándome del taburete de la isla en el que estaba sentada.
-Sí, ya es hora -me dijo serio. ¿Qué mosca le ha picado a este ahora?
-¿Perdón? -dije flipando. Igor y Gilberto se levantaron al oír el tono de Marco.
-No sé qué se me pasó en la cabeza cuando anoche te dije que te vinieras aquí a dormir. Solo me has traído problemas con Marina -yo solo le escuchaba con los ojos abiertos como platos.
-Lo siento... -le dije cabizbaja.
-No creo, nunca te ha caído bien Marina -me dijo. ¿Qué cojones?
-Marco ya -le dijo su padre.
-Igor, Gilberto, un placer. Adiós, espero veros pronto -les dije a ellos dos- a ti no -me giré a Marco. Él se puso una mano en la cara y yo salí de su casa.
Está claro que Marco Asensio y yo no podemos llevarnos bien, es imposible.
Perfecto. ¿Y ahora como vuelvo a la mía?

¿Tú? ¿Otra vez? Marco Asensio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora