Capitulo 47. Ven conmigo

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-¿Y cuando volvéis? -dije preguntándole a Marco mientras estábamos en el sofá de su casa. Últimamente pasamos mucho más tiempo juntos y me encanta. Ahora me está contando que se tiene que ir por el parón de selecciones, cosa que se me había olvidado.
-En unas tres semanas.
-¿¡Tres semanas!? -dije, no me esperaba que fuera tanto tiempo, cuando sigo los partidos de la roja no me paro a pensar en el tiempo que pasan los jugadores lejos de sus familias.
-Si, lo siento, no puedo hacer nada. -dijo Marco. Lo primero que me dijo al empezar la conversación fue "estaba intentando atrasar esta conversación lo máximo posible, no quería tener que decírtelo. Me voy dentro de poco y ya era hora de que lo supieras". Él tampoco quiere que nos alejemos. Llevamos un tiempo bastante bien y no queremos que estar tres semanas sin vernos nos distancie.
-Lo sé. -dije bajando las manos con un poco de desesperación.
-Serán tres semanas, seguro que se pasan rápido. -dijo pero tanto él como yo estamos igual de tristes. ¿Quien me iba a haber dicho a mí cuando le conocí que iba a echar de menos a Marco Asensio? Porque a quien lo hubiera dicho le hubiera tratado de loco.
-Marco, no quiero distanciarme de ti, en tres semanas pueden pasar muchas cosas. -dije y él asintió.
-Yo tampoco Marta, yo tampoco. -dijo y nos quedamos durante un par de minutos en silencio, ninguno sabía qué decir.
En ese tiempo me levanté y fui a la cocina a por un vaso de agua, ya tenemos la suficiente confianza como para poder ir nosotros sin tener que decir "Marco, ¿me puedes dar un vaso de agua?" o lo mismo cuando él viene a mi casa. Estaba echando el agua de la jarra en un vaso y sentí unos brazos en mi cintura.
-Ven conmigo. -me dijo y yo me giré.
-¿Qué?
-Pues eso, vente conmigo. Todas las familias van con los jugadores allí. Ven. -dijo sonriendo.
-Todavía me duele el abdomen y el cuello, no aguantaré vuestro ritmo.
-Yo te cuido.
-Marco, no me puedo permitir estar tres semanas en otro país, sea cual sea.
-No tienes que pagar nada, vienes conmigo y es gratis. Eres un familiar más.
-¿Seguro?
-Pues claro que si. -dijo sonriendo más aún que antes. A este hombre no se le puede decir que no.
-Pues ya está, me voy contigo. -dije sonriendo y Marco me abrazó y me levantó del suelo.- Marco Marco, el abdomen.
-Perdón. -dijo y me dio un beso tierno en la frente.- Estoy muy muy contento.
-Yo también. -dije sonriendo.- Va a ser nuestro primer viaje juntos.
-El primero de muchos. -dijo entrelazando nuestras manos. Volvimos al salón y nos sentamos en el sofá, pusimos una peli y apoyé mi cabeza en sus piernas.
-Ah por cierto, ¿sabes que nos vamos dentro de unas dos semanas? -dijo Marco.
-Sí, lo sé.
-No vas a estar sola, las chicas también irán.
-También lo sé. -dije riendo.- No te preocupes Marquito, voy a estar bien.
-Eres la única persona que dejo que me llame Marquito.
-¿Si?
-Sí. Mi madre siempre me llamaba así y cuando ella se fue me cerré en banda y no quería que nadie me llamara así. Me recordaba a ella y que ya no estaba, que no la iba a volver a ver. -dijo y agachó la cabeza. Le cogí las manos y me sonrió.- Hasta que llegaste tú.
-Pero que bonito eres Marquito. -dije y le di un pico.
-Y pensar que cuando nos conocimos nos llevábamos mal. -dijo riendo.
-Y tú estabas con Marina. -dije incorporándome y reímos.
-Madre mía, ¿como pude estar yo con ella?
-No lo sé Marco, no lo sé. Antes de conocerme estabas muy tonto y muy perdido en la vida. -dije riendo.
-Serás... tonta. -dijo y se rió.
Y así pasamos la tarde, entre risas y recuerdos, no se me ocurre mejor plan.

¿Tú? ¿Otra vez? Marco Asensio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora