Capitulo 55. ¿Novios?

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-Bueno... puedes pensártelo. -me dijo Marco y yo reí. Puse mis manos en sus mejillas y le giré la cara para que me mirara.
-No sé cómo me lo estás preguntando. -dije y paré de hablar un microsegundo.- Pues claro que quiero tonto. -dije riendo.
-¿Por qué me haces sufrir de esta manera tan cruel? -dijo sonriendo y yo subí los hombros. Me cogió la cara y me besó. De verdad que una vez que pruebas sus labios te provocan un tipo de adicción.- Te quiero. -me dijo susurrando y yo sentí un montón de cosas que no sé ni cómo explicar.
-Es la primera vez que me dices te quiero.
-Error. La primera vez te lo dije mientras estabas dormida en el hospital. -dijo sonriendo y yo me derretí un poquito más.
-Te quiero mucho Marquito. -dije abrazándole. Nos separamos y fuimos con los demás ya que nos habíamos quedado algo apartados del resto del grupo.
-¿Cuñi? -me preguntó Igor subiendo una ceja cuando nos acercamos a ellos. Yo reí y asentí.
-Cuñi. -dije e Igor me abrazó. Todos nos dieron la enhorabuena y nos fuimos al hotel.

El parón de selecciones continuó y después de Bélgica tocaron Italia y Croacia. Las dos semanas que quedaban de campeonato después de que Marco y yo hiciéramos oficial nuestra relación fueron, básicamente, una auténtica pasada. No hubieron malos rollos ni enfados ni nada por el estilo, y todo era mucho mejor así.
Al volver a Madrid todo sigue exactamente igual entre nosotros, o incluso mejor. Me paso muchos días enteros en su casa, ya es casi como si viviera aquí, aunque no me he mudado ni nada todavía.
-¿Que haces, princesa? -me dice Marco abrazándome por los hombros.
-Un trabajo, que estoy de la época final del curso hasta el moño.
-¿Y si cenamos y luego sigues? -dice dando la vuelta a la mesa del salón para que le viera la cara. Asiento y me levantó dirección a la cocina. La mayoría de las veces cenamos en la isla porque como solo somos dos es más cómodo.
-Voy a tener que estar toda la noche pegada al ordenador. -dije partiendo el filete de pechuga de pollo que había hecho Marco.
-Yo lo siento cielo, pero te voy a esperar en la cama. Hoy Zidane nos ha matado. -dice y yo río. Pasamos el resto de la cena hablando y riendo, como siempre. Al terminar recogemos todo y Marco se despide de mí para irse a dormir mientras que yo me pongo a terminar el trabajo que tengo que entregar en dos días. Me está llevando bastante tiempo y me lo estoy currando bastante, así que espero sacar buena nota. Cuando termino la parte que me había propuesto acabar hoy, me doy cuenta de que son las 04:37 de la mañana. ¿Tanto tiempo ha pasado ya? No os miento si os digo que me quedo flipando y subo a la habitación intentando hacer el menos ruido posible. Al ponerme el pijama Marco enciende la luz de su lamparita de noche y me sobresalto.
-¿Te he despertado? -le digo.
-No te preocupes. ¿Ya has acabado? -me pregunta y yo asiento.- ¿Qué hora es? -dice sin poder abrir del todo los ojos y con la voz ronca.
-Las cinco menos veinte. -digo y me meto en la cama.- Anda, apaga la luz que me sé de alguno que tiene que madrugar mañana. Buenas noches Marquito.
-Buenos noches princesa. -me dice cerrando de nuevo los ojos y acercándome a él. Pone una mano en mi cintura y yo acerco mi cabeza al hueco que deja entre su cabeza y su hombro. Sobre lo de "princesa", ya me he acostumbrado y me ha terminado gustando. Quizá el motivo por el que antes no me gustaba es porque no había encontrado a mi príncipe azul.

Narra Marco
Me levanto sin despertar a Marta y voy al baño haciendo el menor ruido posible. Ayer se quedó hasta muy tarde trabajando y quiero que descanse.
Cojo mi ropa y me cambio, cojo la mochila y me subo al coche, desayunaré en Valdebebas.
-Hombre, el enamorado. Desde que te has echado novia se te ve menos el pelo. -dijo Isco.
-Pero si me ves todos los días. -dije riendo y pasamos a la cafetería. Desayunamos entre risas y cuando terminamos fuimos al campo a entrenar.
Corrimos, estiramos, pase-toque-tiro, etc. y llegamos a los rondos. Nos pusimos los españoles todos juntos como siempre, no tenemos nada en contra de los demás, pero es más por amistades que por otra cosa. También influye lo que dice Lucas: "si nos tenemos que insultar, que nos entendamos todos".
-Bueno ¿qué tal tu novia? Hace mucho que no la vemos por aquí, dile que podría venir de vez en cuando a vernos. -dijo Dani Carvajal.
-Ahora está hasta arriba de trabajos y exámenes, así que no creo. Ayer se acostó a las cinco menos cuarto o así.
-Bueno, pues yo quiero verla. ¿Nos invitas a unos fifas en tu casa pisha?
-Bro, te acabo de decir que se acostó a las cinco de la mañana.
-Pero si no la vamos a despertar. -dijo y yo reí asintiendo.
-Más te vale. Como oiga una voz más alta que otra te tragas el mando.
-Que bonito es el amor eh. -dijo Ceballos.
-Si, hasta que se acaba. -dijo Odriozola y le mandé todo lo educadamente que pude a tomar por culo.
Llegamos a mi casa y nos pusimos a jugar. Sorprendentemente no están gritando ni montando follón. Al poco rato vi a Marta bajar con una camiseta mía y unas mallas cortas, un moño deshecho y una cara de sueño que no podía con ella.
-¿Te hemos despertado, bella durmiente? -dijo Lucas y se ganó un cojinazo por mi parte.- Joder muelas, el amor te ha cegao'.
-No, no os preocupéis. -dijo Marta bostezando.- Voy a desayunar y a ponerme con el trabajo, alguien tendrá que levantar el país. -dijo acercándose a darme un beso y me salió la sonrisilla tonta sin quererlo. Ella me la devolvió y la perdí de mi campo de visión cuando entró a la cocina.
-¿Qué haces Martita? -le preguntó Marcos a Marta y nos acercamos todos a la mesa donde estaba mi novia. Qué bien suena eso de mi novia y Marta en la misma frase, ¿verdad?
-Lo mismo que estará haciendo tu novia ahora mismo, trabajos. -dijo riendo.- Me duelen los dedos de tanto teclear.
-Eso te lo arreglo yo en un momento hombre. -dijo Isco girando el portátil de Marta. Teclea unas cosas y Marta abrió los ojos como platos.- Ups.
-Francisco Alarcón Suárez, ¡me has borrado todo! Más te vale que lo pueda recuperar, más te vale. Tienes 0,01 segundos para pirarte de aquí echando ostias porque si no te mato con mis propias manos. No tienes Valdebebas, Bernabéu, Madrid ni mundo para correr. Yo acabaré en la cárcel pero tú en la tumba. -dijo e Isco se fue, literal, creo que hasta se ha acojonado. Los demás presentes nos reímos e intentamos ayudar a Marta a recuperar el archivo, al final lo conseguimos.
Ella siguió trabajando y nosotros jugando.

¿Tú? ¿Otra vez? Marco Asensio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora