Capitulo 62. Pretemporada

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Para poneros en situación, a Mallorca fuimos el 22 de junio y volvimos de Santorini el 14 de julio. El 20 de julio hicimos dos meses de embarazo porque tras ir a la primera ecografía, donde tanto Marco como yo nos emocionamos, nos dijeron que hacemos meses el día 20 de cada mes, que casualidad oye, como el dorsal de su padre.
Ahora mismo es 3 de agosto y estamos las familias de los jugadores en el aeropuerto de Madrid para despedirnos de ellos. La pretemporada empieza y se tienen que ir a América para jugar. Me da mucha mucha pena, después de estos meses estando tan bien con Marco, que ahora se tenga que ir... además, se va a perder casi un mes de embarazo y el final del primer trimestre. Obviamente sé que no está en su mano y que si pudiera nos llevaría a su "princesita" y a mí con él, y sí, princesita porque sigue convencido de que va a ser una niña y yo estoy segura de que va a ser un niño. Aunque todavía es pronto para saber el sexo del bebé, hemos decidido no saber qué es hasta el momento del parto y allí resolveremos nuestras dudas. Lo que sí sabemos es que es uno solo, nada de gemelos ni mellizos.
-¿Estaréis bien? -me dice Marco con una mano sujetando el mango de su maleta y con la otra mano encima de mi tripa. Ha crecido un poco, pero todavía va a crecer mucho más.
-No te preocupes, Marco. No nos va a pasar nada. Solo va a ser un mes, se va a pasar en nada de tiempo, ya verás. -dije poniendo una mano en su mejilla. Igor y Gilberto vinieron hace unos días para despedirse de él.
-Me da mucha rabia separarme de vosotras.
-Marquitooo. -dije, no quería llorar, de verdad, pero entre que tenía las hormonas revolucionadas por el embarazo y que le iba a echar muchísimo de menos se me estaba complicando.
-No me llores tonta. -me dijo sonriendo tierno y a la vez triste. Soltó la maleta y me abrazó.- Te voy a echar mucho mucho de menos.
-Nosotras más. -dije y Marco se separó sonriendo.
-¿Ves? Va a ser una chica. -dijo sonriendo victorioso y yo chasqueé la lengua, no me había dado cuenta de que había dicho "nosotras".
-Va a ser un niño. -dijo Igor detrás mía poniendo una mano en mi hombro, él era de mi bando.
-¡Chicos! ¡Tenemos que irnos ya! -dijo un miembro del cuerpo técnico.
-Adiós papá, cuídalos que son unos críos. -dijo Marco señalándonos con la cabeza mientras abrazaba a su padre. Igor y yo nos miramos indignados y él le dio un puñetazo flojo a Marco, que nos contestó con una sonora carcajada.
-Adiós hermanito, cuídate. -le dijo Igor cuando se abrazó con Marco. Ahora era mi turno y no quería, después de esto se iría y no le vería en un mes.
-No nos olvides, porfi. -dije soltando unas lágrimas abrazándole.
-Eso es imposible, amor. -dijo y se separó. Me dio un beso y se agachó para besar mi tripa.- Cuida de mamá. -dijo, no había parado de hablarle ni un solo día. Yo le sonreí, me dio otro beso y ya le tocaba irse.
-Te amo. -le dije cuando cogió la maleta.
-Te amo. -dijo y se fue con el resto del equipo.
-Ay cari, no te acostumbras nunca. -me dijo Pilar abrazándome.
-¿Te vas a quedar en casa de Marco? -me preguntó Sara y yo asentí.- ¿Sola?
-No, estarán Gilberto e Igor. Y cuando ellos se vayan bueno, aguantaré dos semanas solas. Total, voy a estar todo el día con vosotras. -dije y rieron, todas sabíamos que era verdad. Me despedí de las chicas hasta otro día y me fui al coche con Gilberto e Igor, que me habían esperado mientras hablaba con las chicas. Gilberto pasó un brazo por mis hombros y nos dirigimos al coche que estaba en el parking del aeropuerto.

1 semana más tarde
Ya ha pasado una semana desde que Marco se marchó a jugar la pretemporada. Hemos hablado todos y cada uno de los días y varias veces. Todos le echamos de menos, Rome también siente su ausencia y el bebé también, yo le hablo pero no es como él. Gilberto e Igor están aquí, se van la semana que viene y no quiero porque ellos llenan algo más la casa.
Termino de colgar con Marco y me voy a la habitación para dormir. Me despido de mi cuñado y mi suegro y me voy a descansar un poco.
Miro el reloj, son las dos menos cuarto de la mañana y un ruido me despierta. Entre la oscuridad y con los ojos medios cerrados por culpa del sueño y de que me acabara de despertar, veo que alguien abre la puerta de mi habitación.
-¿Igor? -preguntó, pero la persona no me contesta. Se acerca algo más y veo que no es Igor porque es más bajito y más regordete. Alguien ha entrado en casa y la alarma no ha saltado. Creo que nos están haciendo un Alice Campello cuando entraron en su casa a robar con ella y los niños dentro mientras Álvaro estaba jugando. Habrán estudiado los movimientos de la alarma y al saber que hace unos días los chicos se fueron, han aprovechado.- ¡IGOR! -grité para que me escuchara, pero lo último que vi fue como la persona cogió un cojín de los pies de la cama, donde los había dejado para meterme en la cama, y la ponía encima de mi cara, perdí la consciencia y vi todo negro.
Mierda.

¿Tú? ¿Otra vez? Marco Asensio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora