Twilight había olvidado lo que era la soledad y el desamparo, desde que conoció a aquel hombre de más de 40 años su vida ha pasado por muchos cambios. La chica huérfana inculta que no tenía más de tres mudas de ropa, que a penas tenía para un arroz con huevo y que vivía en una habitación de 5 metros de área, ya no existe. Ahora está bajo la tutela de un señor adinerado y siendo amada por un joven muy guapo y cariñoso. No podía pedir más, sin embargo, no todo era de color rosa. Había algo que últimamente estaba molestando en su cabeza; es que su intención nunca fue estar en medio de una balanza. En un lado se encuentra Golden Night, aquella persona que la rescató del infierno, que le da todo lo que necesita y consciente cada uno de sus caprichos, desde un principio fue un gran hombre, muy amoroso, cariñoso y compasivo, que incluso fue capaz de dejar a su propia familia para vivir con ella; digno de llamarlo un padre, pues se podría decir que con él se siente protegida y en paz. Del otro lado está Flash Sentry, un joven que se encuentra en su mejor momento, tan joven y enérgico, apasionado como nadie y dispuesto a ofrecer su amor incondicional. Capaz de revertir sus emociones con tan solo unas simples palabras y pocos coqueteos, su inocencia lo llevó a enamorarse profundamente; con él se puede sentir amada desde una perspectiva pasional y prohibida, con él la sangre se calienta y su pulso de descontrola; es una sensación tan nueva, pero a la vez excitante.
Pero para su desgracia, el problema mayor no radica ahí, sino en uno mucho peor.
¡Son padre e hijo!
Por ella la buena relación que ambos llevan está colgando de un hilo, que en cualquier momento se puede romper si no se pone más precavida. Es consciente de que su nivel de descaro está cruzando fronteras, no obstante más gana el ardiente fuego que quema su interior cada vez que aquel hermoso joven de ojos azules aparece al frente de ella, con solo verlo su cordura desaparece y en lo único que piensa es en lanzársele encima y que haga de ella un desastre. Nunca había sentido algo parecido, ni siquiera con el hombre que le ha dado un techo donde dormir.
Luego de saciar su deseo, volviendo a ser la Twilight racional, su moral le empieza a hacer una jugada donde en todas ella sale perdiendo. Sabe que está mal, sabe que jugar con los sentimientos de ambos hombres solo puede terminar en tragedia. Ninguno de los dos se lo merecen, ni Golden ni Flash, pero... ¿qué hacer? Su mente piensa en ser agradecida con el mayor, dar todo de sí y devolverle la felicidad que él le ha dado, pero su corazón no deja de caer ante el amor del más joven, lo quiere, lo ama, lo desea y quiere estar con él. Todo es un desastre.
Elegir a uno significaba lastimar al otro, eso no quiere. Elegir entre los dos no es una opción, entonces...
¿Habrá un tercer camino?
-¿En qué piensas?
La voz de serena de Golden la sacó de su conflicto interno. Parpadeó algunas veces para quitar su vista de la televisión y prestarle atención al hombre que está al lado suyo, el cual la abrazaba con uno de sus brazos. Quitó su mirada seria para trazar una sonrisa.
-En nada.
-¿En serio? Te he visto muy callada últimamente -Los dedos de Golden acariciaban su cabello-. ¿Te has sentido sola? Entiendo si es eso, es que en estos últimos meses mi trabajo me ha obligado a realizar más viajes de lo normal.
Sola es lo ultimo que pudo haberse sentido en la ausencia de Golden, no cuando Flash aparecía en el departamento y no tardaban en entrelazarse dentro de las sabanas. Sin saber él, su hijo ha estado sustituyéndolo en su propia cama.
-Bueno... sí, la verdad que sí. Se me ha hecho un poco difícil dormir sola durante muchos días -Hizo un pequeño puchero, mientras entrecerraba sus ojos. Metiéndose cada vez más en el papel de esposa desamparada-. Pero no te preocupes, Golden, entiendo que es tu trabajo y no me siento con el derecho de reclamar. Sólo te pido que sigas dando lo mejor de ti.
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Amarte Está Prohibido.
FanfictionHaberse enamorando de ella fue uno de los peores errores que pudo haber cometido, y más aún si se trata de la novia de su padre. >Hacerte el amor en la cama de mi padre no me hace el hombre más feliz del mundo... lo único que más deseo es gritarle...