Capítulo #31

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El joven llegó a su casa, con sigilosos pasos subió las escaleras para dirigirse a su habitación, en medio del camino la voz de su madre llamó su atención, cuya voz era ligera, como si de hacer un gran esfuerzo se tratase. Flash se encaminó a los aposentos de ella. 

-¿Vienes del departamento de tu padre? -Preguntó la mujer sin dejar de mirarse en el espejo, sus manos tocaban suavemente su rostro. Se sentía angustiada de como su buena imagen ha decaído en este ultimo año, recordaba lo hermosa que era el día de su matrimonio y lo que tanto se había cuidado durante años. Ahora todos esos momentos quedaron como simples y felices recuerdos que imposiblemente se repetirán. Ahora el hombre que tanto ha amado vive en su felicidad con otra mujer.

Sin embargo, su nueva preocupación es su único hijo, el cual se ha dado cuenta que algo en él ha cambiado.

-Sí.

-Últimamente has pasado mucho tiempo en ese lugar. -Volteó para estar frente a frente al chico. -Creí que odiabas estar ahí. Nunca estuve de acuerdo con que vayas allá, pero ¿qué podía hacer?, custodia compartida, ya sabes.

-Desde un principio dije que no era necesario ese tipo de acuerdo, ya no soy un niño como para que ustedes decidan por mí a qué lugar ir o a cuál no.

La madre suspiró, pues reconocía que su hijo tenía toda la razón. Se sintió egoísta de todas las acciones que había realizado pensando en toda su conveniencia. Realmente toda aquella pelea que se dio en el pasado, fue con el objetivo de ver a su ex marido cayendo en la profunda desesperación de perder lo que más amaba. Disfrutaba verlo sufrir, amaba cada vez que se arrodillaba pidiéndole que deje de acusarlo que actos que nunca había realizado y la conmovía las lagrimas que derramaba debido a las largas semanas de no poder ver a su hijo. Aquella mujer estaba consciente de lo despiadada que había sido por culpa de los celos y la rabia de ver a otro con un final feliz. 

-Tenía miedo, tenías una mejor relación con tu padre que conmigo. Temía a que decidas irte a vivir con él. -Se acercó a él para abrazarlo con fuerza, como si estuviera rogando que no se aleje de ella. Lo que dijo también fue una de las razones, tampoco le gustaba ser la última en el corazón de las personas, sobre todo en el de su propio hijo. 

-El que la haya tenido, no significaba que iría con él, no quería ser una molestia para ellos. -Él también terminó abrazando a su madre, sintiéndose culpable de las clases de pensamientos que se le había cruzado en su mente desde que empezó a llevar una relación con Twilight. Ahora ya no piensa en nadie más que en ella. -Además, este ha sido mi hogar desde que nací, no podría reemplazarlo tan fácilmente.

Miró a su madre para darle un beso en la frente, mostrándole serenidad pero en su interior devastándose por la completa desesperación, no sabía que hacer, o que decidir. Amaba a su madre, pero también a Twilight. Y en aquel momento sentía que estaba siendo una decepción para la mujer que había sufrido por culpa de la amante de su padre. 

El llevar una relación a escondidas del mundo no era tarea fácil. En la mente del joven nunca había imaginado cuan complicado había sido amar a una persona ni que consecuencias puede  traer. Sin embargo, a pesar de todo mal, no podía arrancar aquel sentimiento que le llenaba de felicidad y placer.

Ya meses han transcurrido desde que empezó la travesura de ambos jóvenes, con miedo pero a la vez con astucia han sabido arrastrar su amor prohibido. Sin embargo, el momento de que Flash deje la ciudad para empezar a estudiar en la universidad cada vez está más cerca. El joven ha pasado por una fuerte agonía de escoger entre empezar a prepararse para el futuro o continuar con su furtiva relación, estaba desesperado de tan sólo pensarlo. 

-¿Quisieras... ? -Flash se detuvo, con miedo a que el buen ambiente que estaba llevando con Twiligth en una habitación oscura se arruine. Twilight presintió aquel sentimiento, lo miró fijamente, esperando a que continúe con la pregunta. Para tranquilizarlo, le plantó un beso. 

-Puedes decirlo. -Le mostró una cálida sonrisa. Flash exhaló con fuerza. 

-Falta muy poco para irme a Crystal y no me quiero separar de ti. Ven conmigo. -La joven quedó intacta sin decir nada, mas su sonrisa en ningún momento desapareció. -Sé que no me igualo a mi padre ni mucho menos te daré las comodidades que él te ofrece, pero de lo que estoy seguro es que mi amor por ti seguirá igual e incluso crecerá mucho más. 

-¿Sin importar lo que pase con Golden? 

Su padre... era lo que más le quitaba las ganas de dormir en las noches. Nunca pasó por su cabeza romper la buena relación que lleva con él, ni mucho menos creyó que el pilar del problema será la mujer que desde hace mucho terminó por cortar toda relación entre sus padres. Pero era difícil no considerarlo cuando el amor sobrepasa los límites. 

-¿No crees que ya es momento de mostrarle a todos que nos amamos? 

Twilight soltó una pequeña carcajada, para ella era un sueño hecho realidad, desde un comienzo no estaba satisfecha con sólo verse con Flash a escondidas ni muchos menos actuar una relación entre madrastra e hijastro. Ella tenía el deseo de que Flash sea su único y hacer cosas que normalmente hacen los enamorados. Sí, estaba segura que iba a ser muy difícil, pero ¿acaso no había pasado por momentos mucho más difíciles anteriormente? A diferencia del pasado, estaba gustosa y hasta emocionada luchar por amor y lo que menos le interesa es ser odiada por aquello. Sólo quería vivir pegada al hombre que realmente ama, sólo los dos. 


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